Pyeongchang (Corea del Sur), 24 feb (dpa) – España no quiere que los Juegos Olímpicos de invierno de Pyeongchang sean solo un bonito paréntesis.
Con dos medallas de bronce, la cita que se clausura mañana en la ciudad surcoreana es ya «sin duda» la mejor en la historia invernal del país, aseguró el presidente del olimpismo nacional, Alejandro Blanco.
La cuestión es, sin embargo, si el deporte español tendrá que volver a esperar otros 26 años para ver a uno de sus atletas subido a otro podio en unos Juegos de invierno o si la imagen empezará a hacerse habitual.
Con el puesto 35 de 69 competidores en los 50 kilómetros, el esquiador de fondo Imanol Rojo cerró hoy la actuación española en Corea del Sur, donde 13 atletas compitieron en cinco deportes y en apenas dos días lograron los mismos metales que en toda su historia.
La sequía la rompió Regino Hernández con un bronce en snowboard cross, mientras que dos días después, Javier Fernández sumó un segundo metal al conseguir el tercer puesto en patinaje artístico. A eso se agrega el diploma olímpico logrado por la snowboarder Queralt Castellet en half pipe, donde ocupó la séptima posición.
Hasta los Juegos de Pyeongchang, España solo había ganado dos medallas olímpicas invernales, el oro y el bronce de los hermanos Francisco y Blanca Fernández Ochoa en los slaloms de 1972 y 1992, respectivamente.
Los metales logrados en Corea del Sur permiten además a España pasar la página de Salt Lake City 2002, donde su nombre se vio ligado al escándalo del esquiador de fondo nacionalizado Johann Mühlegg, al que le quitaron tres medallas de oro por doping.
Esta vez los héroes han nacido en el país, así que las federaciones de nieve y hielo quieren aprovechar el éxito ampliar su base y amplificar su difusión en un país dominado principalmente por el fútbol.
«Hay posibilidades de que los Juegos de invierno sean un referente para España como son los de verano si hay infraestructuras, apoyo y planificación», dijo el jefe del Comité Olímpico Español (COE). «Si nos quedamos como estamos, repetir resultados es muy difícil. Si les dotamos de una buena infraestructura pueden salir más Javis y más Reginos».
El presidente de la Federación de Deportes de Invierno (RFEDI), May Peus, lo vio claro cuando llegó al cargo hace tres años: no había que descuidar los pilares tradicionales del esquí alpino y de fondo, pero tenía que apostar por deportes emergentes como el snowboard.
«Teníamos unos Mundiales en Sierra Nevada en 2017 y estaban totalmente descuidados», dijo el dirigente a dpa. El organismo dobló entonces la estructura técnica del equipo y triplicó los días de entrenamiento de los riders, además de crear una Copa de España de snowboard cross para promocionar el evento entre los jóvenes.
Si tuviera un presupuesto más alto, agregó Peus, la federación podría «invertir además en investigación y en captación de talentos».
El dinero es siempre un problema, como bien sabe el jefe de la Federación de Deportes de Hielo, Franck González, que se quejó de ser el único organismo rector en España sin un centro de alto rendimiento.
Fernández, que añadió el bronce olímpico a sus seis títulos europeos y dos mundiales, debe ser el imán que atraiga las inversiones necesarias para construir una pista de hielo en la que puedan entrenar los deportistas de élite, sin necesidad de, como dice González, «pasar por lo que pasó Javi».
El patinador español tuvo que emigrar a Estados Unidos y Canadá hace diez años para poder progresar en su carrera deportiva. Ahora quiere ponerle fin y regresar a su país, donde las autoridades deportivas quieren que el deporte de invierno empiece a crecer.
Por Ignacio Naya (dpa)