Pyeongchang (Corea del Sur), 16 feb (dpa) – De la favela de Sao Remo, en el oeste de Sao Paulo, a debutar en unos Juegos Olímpicos en el Alpensia Centre de Pyeongchang: así se podrían resumir los últimos cinco años de Victor Santos, el esquiador brasileño que hoy finalizó en el puesto 110 de 116 en los 15 kilómetros de esquí de fondo.
«Me siento muy feliz. Es muy importante ser un atleta olímpico de invierno en Brasil, donde toda la tradición es fútbol, vóleibol o actividades de verano», le contó Santos a dpa minutos después de haber terminado su participación olímpica a poco menos de 13 minutos y medio del campeón, el suizo Diego Cologna.
«Estoy aquí para abrir nuevas puertas a otros atletas de invierno que vienen detrás», añadió el brasileño de 20 años, aunque esa no parece ser la principal misión que tendrá Santos en estos Juegos.
Es que el esquiador logró superar las barreras que plantea la dura vida en una favela paulista, gracias a un programa social que lo convirtió en atleta olímpico.
En 2013, su vida comenzó a cambiar cuando se incorporó al proyecto social «Ski na Rua» (esquí en la calle), un programa ideado por Leandro Ribela, un ex esquiador olímpico brasileño que participó en esquí de fondo en los Juegos de Vancouver 2010 y que ahora es su entrenador.
Ribela comenzó a enseñarle a andar en esquís sobre ruedas a jóvenes que vagaban por las calles de Ciudad Universitaria en Sao Paulo, cerca de la favela Sao Remo, entre los que se encontraba Santos.
Con 16 años, el ahora esquiador ayudaba en la economía familiar con trabajos diversos como ayudante en un supermercado, empleado en un lavadero de autos o cuidando coches en las calles paulistas, hasta que llegó al proyecto como una diversión, imitando a sus hermanos que ya formaban parte del programa.
Sin embargo, lo llamativo era la velocidad con lo que captaba las enseñanzas de Ribela y la evolución en su rendimiento. «Es bueno ver que conseguimos generar oportunidades y le damos herramientas a los niños para que puedan tener objetivos. Victor cambió mucho de como era antes. Él incorporó los valores olímpicos, como el respeto y la amistad, que intentamos inculcar», aseguró Ribela al diario brasileño «Folha do Sao Paulo».
Además de esos valores, «Ski na Rua» genera una financiación que permite que sus deportistas más destacados puedan tener una experiencia en el exterior, en la nieve. De los tres deportistas que originalmente accedían a ese beneficio, en la actualidad se extendió a 15. Por eso, Santos siente que debe dar lo máximo, como lo hizo hoy en la pista del Alpensia Centre.
«Es muy bonito participar en unos Juegos, pero también provoca una mayor responsabilidad», destacó tras su estreno que lo dejó como el tercer latinoamericano en la competencia, detrás del argentino Matías Zuloaga y el chileno Yonathan Fernández.
«Siento que tengo que ser ejemplo para los otros chicos que forman parte del proyecto. Quiero que ellos tengan las mismas oportunidades que tuve yo para llegar hasta aquí», remarcó el brasileño, que asegura que es posible que otros jóvenes como él puedan vivir experiencias parecidas: «Si uno tiene dedicación, se pueden conseguir esos objetivos».
Por Ariel Greco (dpa)