Tulum/Ciudad de México, 18 feb (dpa) – El sistema de cenotes, túneles y cuevas sumergidas de la península mexicana de Yucatán, que alberga secretos de tiempos pasados, está sufriendo el efecto negativo del boom del turismo y la contaminación, alerta un investigador de la zona.
«Toda la vida de la península de Yucatán depende de esta agua que corre por las cuevas: las plantas de la selva, los animales como el jaguar, hasta los humanos que viven aquí», dijo a dpa el jefe de exploración subacuática del Gran Acuífero Maya, Robert Schmittner.
El buzo alemán, que trabaja con expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia, descubrió en enero en Tulum, unos 125 kilómetros al sur de Cancún, una conexión entre los sistemas de Sac Actun y Dos Ojos que convirtió al conjunto en la cueva inundada más grande del mundo.
«Con las exploraciones entendemos más y más por qué, por ejemplo, un cenote está contaminado si está lejos de toda civilización. Y es que el túnel abajo cruza por la civilización, y el gran peligro de todo esto son las aguas negras, que son poco y hasta nada tratadas en esta región», alertó el buzo.
Los cenotes, puerta de entrada a un gran laberinto sumergido, están en una zona donde existen importantes sitios turísticos como Cancún y Playa del Carmen, en el estado de Quintana Roo. En la península de Yucatán no hay ríos y toda el agua corre por el subsuelo.
En distintas cuevas, que en la llamada Edad de Hielo estaban secas y se inundaron al subir el nivel del mar, se encontraron objetos mayas de hace dos milenios, megafauna del pleistoceno y el esqueleto de «Naia», una joven que vivió hace casi 13.000 años, entre otros.
Para Schmittner, las cuevas son un cofre del tesoro para la ciencia, pero el agua está amenazada por factores como «la explotación del turismo que subió inmensamente en los últimos años». «Hay varios lugares donde se nota la contaminación», explicó.