(dpa) – El piloto español Carlos Sainz (Peugeot), ganador de la edición 40 del rally Dakar que finalizó hoy en Córdoba, es una leyenda del automovilismo mundial y está considerado por la prensa de su país como uno de los 50 mejores deportistas de la historia, junto al ciclista Miguel Induráin y al tenista Rafael Nadal, entre otros.
El madrileño de 55 años, apodado «El Matador», fue bicampeón del mundo de rally en 1990 y 1992, junto al equipo Toyota, y está considerado por la prensa especializada como un conductor cerebral.
Con su histórico copiloto Luis Moya, quien fue sustituido en 2003 por Marc Martí, Sainz se caracterizó a lo largo de su carrera por mejorar escuderías que a priori parecían técnicamente inferiores como Lancia, Subaru y Ford, siempre en una dura competencia con otra leyenda del rally, el finlandés Juha Kankunnen.
Su brillante palmarés comenzó a cimentarse con el equipo Ford en 1987, cuando ganó el Campeonato de Rally de España, título que revalidó un año después.
Apenas en 1989 comenzó a competir en todas las pruebas del Campeonato Mundial para la escudería Toyota, con la que ganó al año siguiente su primer título y repitió en 1992. Además, consiguió cuatro subcampeonatos y cinco terceros puestos, lo que denota una carrera brillante.
Además de su segunda victoria en el Dakar (la primera había sido en 2010), es el piloto que más pruebas disputó en la historia del Campeonato Mundial de Rally, con 196, y el cuarto con más victorias (26), detrás de los franceses Sébastien Loeb (78) y Sebastien Ogier (40), y del finlandés Marcus Grönholm (30).
Entre otras distinciones, fue finalista en 1991 y 1993 del Premio Príncipe de Asturias de los Deportes.
Por supuesto, su carrera también tuvo decepciones: en 2001, por primera vez en más de 150 pruebas y quince años de participación en el Rally protagonizó un accidente espectacular en Gran Bretaña en el que resultaron heridos 15 espectadores. Todos resultaron finalmente ilesos, pero el español abandonó la prueba.
Por José Luis Cutello