Salisbury/Londres, 11 mar (dpa) – Los investigadores hallaron rastros del gas nervioso utilizado para envenenar al ex espía ruso Serguei Skripal y a su hija en dos locales, comunicó hoy Sally Davies, la jefa de los servicios sanitarios ingleses.
Los rastros se hallaron en una pizzería y en un pub de la ciudad de Salisbury, en el sur de Inglaterra.
Davies llamó a las personas que estuvieron en los dos locales el domingo por la tarde y la noche hace una semana a higienizar su ropa y sus objetos personales. La funcionaria destacó que se trata de una medida netamente preventiva y que no existe ningún peligro para su salud.
El 4 de marzo Skripal, de 66 años, y su hija Yulia, de 33, fueron encontrados inconscientes, con síntomas de envenenamiento, en el banco de un parque cerca de un centro comercial de la localidad. Desde entonces, luchan por su vida. Según medios locales, Yulia está mejor que su padre, pero ambos siguen en estado crítico.
En total, 21 personas fueron tratadas en el hospital. También un policía fue ingresado con síntomas graves.
Cientos de agentes de la unidad antiterrorista británica investigan el caso con apoyo de las Fuerzas Armadas. Según la ministra del Interior, Amber Rudd, la investigación avanza rápidamente.
La Policía está segura de que Skripal y su hija fueron víctimas de un atentado con gas nervioso. Rudd confirmó que se trata de una sustancia muy poco común, pero no quiso decir de cuál exactamente.
Según expertos, un análisis del veneno puede dar indicios de su origen. Debido al enorme despliegue que requiere fabricar una sustancia tóxica de este tipo, se considera probable que detrás del ataque haya un actor estatal.
El ex coronel del servicio secreto ruso GRU fue condenado en Rusia por espiar para el Reino Unido y puesto en libertad en 2010 en un canje de espías con Estados Unidos.
Supuestamente, entregó al servicio secreto exterior británico MI6 informaciones sobre agentes rusos en Europa. Fue detenido en 2004 y en 2006 fue condenado a 13 años de trabajos forzados. Algunos medios especulan con que tras su liberación no dejó del todo el espionaje.
Varios lugares de Salisbury, donde Skripal vivía bajo su verdadero nombre, siguen acordonados, entre ellos la casa de Skripal y el cementerio donde están enterrados su esposa Ludmila y su hijo Alexander, señaló la agencia PA.
Según la BBC, Ludmila murió en 2012 como consecuencia de un cáncer. Alexander falleció en 2017 durante una estancia en San Petersburgo a causa de un repentino mal hepático. La Policía aseguró que no habrá exhumación de los cuerpos. Además, Alexander fue cremado.
El caso recuerda a la muerte del ex agente de inteligencia ruso Alexander Litvinenko, que murió en 2006 tras ser envenenado en Londres con té que contenía isótopos radiactivos.
También volvió a tensar las relaciones con Rusia, ya que se sospecha que sus agentes pueden estar detrás del envenenamiento, como ya se dijo con Litvinenko.