Berlín, 4 feb (dpa) – La directora ejecutiva de la Berlinale, Mariette Rissenbeek, opinó hoy que cancelar el festival de cine debido a la gran cantidad de infecciones por coronavirus no hubiera sido la solución correcta.
La decisión de organizar el festival como siempre en la capital alemana se adoptó de manera coordinada entre la dirección del evento cinematográfico y las autoridades, añadió.
«Por supuesto entiendo que las personas están preocupadas porque se preguntan: ‘¿Qué pasará ahora? ¿Cuán rápido me puedo contagiar?'», señaló Rissenbeek a dpa en Berlín.
«A su vez, hay que decir que los cines están abiertos», dijo. «También abrieron las salas de conciertos. Se llevan a cabo partidos de fútbol», opinó. A diferencia de hace un año, la vida pública no está paralizada.
La Berlinale es uno de los festivales de cine más grandes del mundo y comienza el próximo jueves 10 de febrero. «La verdad es que pensamos mucho acerca de cómo llevar adelante este festival de la forma más reducida posible, pero asegurando que siga teniendo relevancia para el público», afirmó Rissenbeek.
«Las películas que vamos a mostrar necesitan recibir esta atención», indicó.
Está previsto que solo se ocupen la mitad de los asientos de los cines y la idea es que solo tengan acceso a las salas las personas que están vacunadas o recuperadas. Rissenbeek añadió que las personas que aún no recibieron la dosis de refuerzo necesitan también un test negativo y que es obligatorio el uso de mascarillas.
«Pedimos a los equipos de las películas que viajen con la menor cantidad posible de personas para generar menos movilidad», explicó Rissenbeek.
La directora ejecutiva señaló que cancelar la Berlinale no hubiera sido el camino indicado. «Todos nos esforzamos por seguir haciendo posible la cultura. Y justamente para la Berlinale, que es a su vez una plataforma para las películas, hubiera sido muy difícil decir: ‘Preferimos cancelar'», dijo. «Desde nuestro punto de vista no hubiera sido la solución correcta», añadió.
«Las condiciones fueron establecidas desde el principio con las autoridades sanitarias. Si nos hubieran dicho: ‘Señora Rissenbeek, no se puede hacer un festival en una pandemia. Olvídelo’, entonces obviamente no lo hubiéramos hecho», explicó.
«No es que convencimos a personas o a autoridades sanitarias o que recibimos un permiso especial para hacer algo que los demás no pueden hacer», subrayó Rissenbeek.