La década los 80 estivo marcada por la presencia de música icónica, moda y tendencias culturales. Sin embargo, también fue una época en la que prosperaron las leyendas urbanas, capturando la imaginación y el miedo de personas de todo el mundo. Estas leyendas urbanas, a menudo compartidas de boca en boca o en susurros, se convirtieron en parte de la conciencia colectiva de la época.
Una de las leyendas urbanas más escalofriantes que surgieron durante los años 80 fue el cuento del «Asesino en el asiento trasero». Esta leyenda cuenta la historia de un conductor solitario que se da cuenta de que un automóvil lo sigue de cerca. A medida que continúan conduciendo, se dan cuenta de que el conductor del automóvil que va detrás enciende las luces delanteras o toca la bocina, tratando de llamar su atención.Eventualmente, el conductor se detiene, solo para descubrir que la persona en el auto que lo sigue estaba tratando de advertirles sobre un individuo peligroso escondido en el asiento trasero. Los orígenes de esta leyenda urbana son difíciles de rastrear, ya que se ha contado de diversas formas a lo largo de la historia. Sin embargo, durante los años 80, ganó una gran popularidad y se convirtió en una advertencia compartida entre amigos y familiares.
El miedo a una amenaza oculta que acecha en las sombras resonó profundamente en las personas, aprovechando su sentido innato de vulnerabilidad y la necesidad de estar constantemente alerta.
Otra leyenda urbana inquietante que cautivó las mentes de muchos durante los años 80 fue la leyenda de «Bloody Mary.» Esta leyenda gira en torno a un ritual realizado frente a un espejo, donde los participantes cantaban «Bloody Mary» un cierto número de veces, a menudo en un baño a oscuras. La creencia era que al invocar el espíritu de Bloody Mary, uno podría vislumbrar el futuro o ser maldecido con la desgracia. El contexto cultural e histórico de esta leyenda es fascinante, ya que se remonta al antiguo folclore y las supersticiones que rodean a los espejos y reflejos.
El acto de convocar a Bloody Mary fue visto como una forma de adivinación, aprovechando un reino sobrenatural. La creencia en esta leyenda era tan fuerte que muchas personas, especialmente los adolescentes, se reunían en pijamadas o fiestas para realizar el ritual, a menudo con una mezcla de emoción y temor.
La leyenda urbana «Gancho en la puerta del auto» es otra historia que se apoderó de la imaginación de las personas durante los años 80. Esta leyenda cuenta la historia de una pareja estacionada en un área apartada, a menudo denominada «carril de los amantes». Mientras se involucran en actividades románticas, escuchan un ruido de arañazos proveniente del exterior del automóvil. En pánico, se alejan rápidamente, solo para descubrir un gancho en la manija de la puerta.