Berlín, 3 may (dpa) – Filósofo, economista, periodista y uno de los padres del comunismo, el alemán Karl Marx (1818-1883) constituye una de las figuras más revolucionarias que ha dado la historia. De hecho, su legado y su pensamiento se han extendido desde el siglo XIX hasta nuestros días.
Nacido en una familia acomodada en Tréveris, el pensador de origen judío de cuyo nacimiento se cumplen 200 años el 5 de mayo jamás escapó a la controversia. Estudió en la Universidad de Bonn y en la Universidad Humboldt de Berlín. Tras dar sus primeros pasos en el mundo del periodismo, en 1843 se casó con Jenny von Westphalen, con quien tuvo siete hijos.
Hambre, frío y enfermedades formaron parte del día a día de una familia que arrastró problemas de dinero durante años, dado que los escritos que Marx publicaba apenas aportaban ingresos y alcanzaban para vivir.
En 1848, junto al pensador Friedrich Engels, Karl Marx proclamó el «Manifiesto Comunista», en el que describía la lucha de clases entre las masas proletarias y la burguesía. Según ellos, esta lucha iba a terminar indefectiblemente con el triunfo del proletariado, desembocando como consecuencia en el comunismo como sistema final de la sociedad mundial.
Ironías de la historia, casi 170 años después de aquel manifiesto, en la casa en la que vivía Marx en la ciudad alemana de Tréveris llegó a instalarse una tienda de productos baratos estilo «todo a un euro».
Para terminar el primer tomo de su obra culmen, «El capital», Marx necesitó más de diez años de trabajo. Tras un dramático viaje por mar en medio de la tormenta, Marx entregó el manuscrito en Hamburgo a su editorial Meissner, donde fue publicado el 14 de septiembre de 1867. Y después…no ocurrió nada.
La decepción para Marx fue mayúscula. Estaba convencido de que «el cochino libro» lo haría famoso, si bien nunca se hizo ilusiones sobre el hecho de ganar dinero con él. «‘El capital’ no me dará ni siquiera para pagar los cigarrillos que me fumé escribiéndolo», sentenció. Y Marx era un fumador empedernido.
Fallecido en 1883, Marx no conoció el enorme éxito de su libro. Engels lo encontró muerto en el asiento de su estudio. Los tomos 2 y 3 fueron editados de forma póstuma.
Marx y su familia vivieron 34 años, más de la mitad de sus vidas, en el exilio londinense, durante largo tiempo a sólo pocos kilómetros de su actual lugar de descanso. A su entierro apenas acudieron 11 personas. Aún así, Engels dijo durante la ceremonia fúnebre: «¡Su nombre y obra vivirán a través de los siglos!»
Y tuvo razón. Ya en el primer aniversario de su muerte más de 5.000 personas marcharon hacia el cementerio de Highgate. Centenares de policías impidieron su acceso.
Después de la caída del Muro de Berlín y del bloque socialista, se consideró que Marx ya no tenía nada que aportar. Se proclamó «el fin de la historia» y el capitalismo como único sistema hasta el fin de los tiempos. Pero a más tardar con el colapso de los bancos en 2008 Marx vivió un nuevo auge.
En el punto más álgido de la crisis, «El capital» incluso llegó a estar agotado en las librerías.
Por María Prieto (dpa)