Berlín, 13 feb (dpa) – En la que será la penúltima edición de Dieter Kosslick como director del Festival Internacional de Cine de Berlín cuestiones como quién será su sucesor y si se llevará a cabo una profunda renovación del certamen sobrevuelan estos días la capital alemana.
Angelina Jolie y Brad Pitt, George Clooney y Pierce Brosnan, Meryl Streep y Jane Fonda, Isabelle Huppert y Juliette Binoche son algunas de las grandes estrellas a las que «Mr. Berlinale» ha recibido en la alfombra roja ataviado con su característica bufanda en sus 17 años al frente del festival.
¿Quién sucederá a Kosslick?
El reinado del alemán de 69 años llega a su fin después de su decisión de no renovar su contrato que vence en mayo de 2019. La responsable de buscar a su sucesor, la ministra regional de cultura de Berlín, Monika Grütters, ya ha comenzado a mantener conversaciones al respecto. De acuerdo con Kosslick, la decisión se dará a conocer en julio. La principal cuestión que deberán resolver es si se mantiene la estructura actual o si se divide el puesto entre presidente y director artístico, algo que lleva años reclamando el propio Kosslick.
¿Cuáles serán los desafíos del nuevo director?
A diferencia de Cannes y Venecia, la Berlinale es el festival competitivo que mayor cantidad de público atrae. Además, tiene el segundo mayor mercado cinematográfico por detrás del de Cannes. El nuevo director deberá mantener este sello mientras lleva a cabo un análisis profundo de las secciones del certamen para ver qué se puede mejorar y cómo aumentar la atención sobre el mismo.
¿Qué se puede hacer para recuperar el prestigio perdido que reclaman desde el ámbito cinematográfico alemán?
El Festival de Venecia, a comienzos de septiembre, es junto al no competitivo Toronto la plataforma de lanzamiento para las candidatas a los Oscar. La Berlinale no recibe estas películas porque ya es demasiado tarde y los cineastas y estrellas se encuentran en plena promoción en Estados Unidos de cara a la gala de los Oscar. La Berlinale podría beneficiarse solo de la carrera por los Oscar si se celebrara en diciembre, pero entonces perjudicaría al mercado, ya que a finales de año las cuentas de lo compradores de películas están vacías. Asimismo, el festival de Sundance, que se celebra a finales de enero y está dedicado al cine independiente, también le ha pasado factura, ya que muchas cintas se estrenan previamente allí.
¿Qué reclaman los cineastas alemanes?
A finales de noviembre, más de medio centenar de directores alemanes hicieron un llamamiento para rediseñar de arriba abajo la Berlinale en un intento por recuperar nivel también a escala internacional y pedir transparencia a la hora de elegir al sucesor de Kosslick. Un total de 79 cineastas, entre ellos, los laureados Fatih Akin, Mare Ade, Doris Dörrie y Volker Schlöndorff, criticaron en un escrito la deriva del certamen y conminaron a las autoridades germanas a acometer cambios de calado que le permitan a la Berlinale competir con otros festivales de altura como los de Cannes o Venecia.
¿Seguirá manteniendo su característico cine político y social?
Kosslick ha contribuido a que la cita por antonomasia del cine alemán se haya convertido en uno de los festivales cinematográficos más políticos. De acuerdo con Paz Lázaro, directora de Panorama -la segunda sección más importante de la Berlinale-, son los cineastas los que han generado esa distinción.
«En todos estos años lo que he aprendido es que es al revés, es a los cineastas a los que les interesan los temas políticos y quieren tomarle el pulso al mundo. Nosotros como festival, al final del día somos la ventana que muestra ese trabajo artístico», comentó a dpa, al mismo tiempo que negó que haya perdido prestigio ya que el número de películas que les llegan no ha cambiado y los cineastas siguen considerando la Berlinale como «una de las plataformas más importantes del mundo».
Por Almudena de Cabo (dpa)