La Paz, 15 feb (dpa) – Los habitantes de la ciudad boliviana de Oruro, ubicada 230 kilómetros al sudoeste de La Paz, viven presas del miedo después de que dos explosiones matasen a 12 personas e hiriesen a medio centenar en un lapso de 72 horas.
«Seguimos asustados. La explosión fue demasiado fuerte. Hubo rotura de vidrios de varias casas y edificios. La gente tiene miedo de salir a la calle», relató a dpa Daniela Huayllas, vecina de Oruro.
La primera explosión se produjo el sábado pasado durante la celebración del Carnaval de Oruro, evento folklórico declarado por la Unesco como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Hubo ocho muertos y 41 heridos, varios de los cuales sufrieron mutilación de sus miembros inferiores y cuatro perdieron un ojo.
La Policía determinó inicialmente que en un puesto de comida callejera se derramó aceite comestible a alta temperatura sobre una manguera conectada a una garrafa de gas licuado de petróleo (GLP), lo que habría causado la explosión.
Sin embargo esta versión no es aceptada por los afectados por la explosión ni por los comerciantes dedicados a la venta de comida en las calles de Oruro, que cuenta con 264.700 habitantes.
«La señora Ana Fernández es vendedora de chicharrón (fritura de carne de llama) hace más de 30 años. Ella murió junto a sus dos hijos y cuatro nietos, y aparece como culpable de lo sucedido», dijo la dirigente del sindicato de gremiales de Oruro, Elizabeth Herrera, al portal Urgente.
«Nosotros desmentimos aquello porque tenemos fotos y un video que muestran la garrafa y el carrito están intactos, lo que quiere decir que eso no ocasionó el accidente», agregó, señalando que una garrafa de gas licuado de petróleo no puede explotar cuando es usada al aire libre.
También el presidente del país, Evo Morales, dudó que esa primera explosión fuese ocasionada de esa forma. «Una garrafa que mate a ocho hermanos, (que deje a) más de 40 heridos. ¿Será garrafa? ¿Qué será?» (…) No creo que una explosión pueda hacer tumbar una casa, (es) muy sospechoso», dijo. El martes, Morales pidió a la Policía, fiscales y expertos de seguridad extremar esfuerzos para identificar las verdaderas causas de esa detonación.
La segunda explosión se produjo el martes en el mismo sector en el que tuvo lugar la primera y dejó cuatro muertos y nueve heridos. La investigación policial estableció que fue por una carga de al menos tres kilos de dinamita mezclada con anto (explosivo de alta potencia).
«Se halló un contenedor de plástico y parte de un detonador. La explosión dejó un cráter de aproximadamente un metro con 53 centímetros de diámetro y una profundidad de 43 centímetros», precisó el comandante de la Policía boliviana, el general Faustino Mendoza.
«El explosivo habría sido arrojado desde un vehículo en movimiento», añadió. Tres personas fueron detenidas para ser investigadas, dos de las cuales estaban en una vagoneta de color verde en las inmediaciones del lugar en el que se produjo la explosión.
La Policía declaró secreto de sumario sobre investigación y anunció que se informará cuando concluya esta fase. Esto provocó reclamos de autoridades y pobladores de Oruro, que anunciaron protestas callejeras para exigir celeridad en el trabajo de los expertos forenses y policiales.
En Oruro hay ahora mismo un gran despliegue policial y militar, mientras sus habitantes viven con temor a un posible brote de terrorismo urbano.
El comandante de la Segunda División de Ejército, general José Luis Suárez, informó que por órdenes del Comando de Ejército se dispuso patrullaje militar de las calles de la ciudad. «Unos 35 uniformados están haciendo el patrullaje, tanto a pie como en vehículos. Todos son oficiales, es para dar seguridad a la población», dijo.
Por su parte, Hugo Moldiz, ex ministro del Gobierno de Morales, alertó en Twitter que «si los hechos de Oruro son acciones de terrorismo, el objetivo es desestabilizador por la vía de mostrar al Gobierno como incapaz de garantizar la estabilidad política y de la ciudadanía».
«Hay que ir hasta el fondo para identificar las causas y los actores de las explosiones en Oruro», reclamó Moldiz.
Por Mario Roque Cayoja (dpa)