Barcelona/Liverpool, 4 abr (dpa) – Barcelona y Liverpool golearon hoy respectivamente a la Roma y al Manchester City en la ida de los cuartos de final de la Liga de Campeones de fútbol y se acercaron a las semifinales del torneo continental.
En el Camp Nou, el cuadro azulgrana venció 4-1 a la Roma y dejó prácticamente sentenciada la serie de cara a la vuelta, el próximo martes, en la capital italiana. El Liverpool, también local, firmó una actuación similar al propinar un contundente 3-0 al Manchester City.
Dos goles en contra del cuadro visitante, uno de Daniele De Rossi (38′) y otro de Konstantinos Manolas (55′), un tanto de Gerard Piqué (59′) y otro de Luis Suárez (87′) dieron al Barcelona una victoria que le deja bien posicionado de cara a la revancha dentro de seis días. Edin Dzeko (80′) anotó el único tanto de una Roma que mereció mejor suerte.
«Hemos hecho un buen partido. Aunque que no encajar goles hubiera estado mejor, no nos podemos quejar porque es una buena renta para la vuelta. Ahora a preparar el partido contra el Leganés por la Liga y luego a pensar en la vuelta del martes que viene», dijo Piqué.
El defensor no quiso restar mérito a la actuación de los italianos. «Es la Roma. Son buen equipo. Por mucho que la que gente pensara en el sorteo que eran los más asequibles, han plantado cara y han hecho un buen fútbol, saliendo a la contra y creando ocasiones», analizó.
Sin brillar, el equipo dirigido por Ernesto Valverde dejó encaminada la serie y, salvo una catástrofe en el Estadio Olímpico de Roma, volverá a una semifinal de Champions después de dos eliminaciones consecutivas en cuartos. El fútbol vistoso de otras épocas puede esperar.
Tras el gris y agónico empate del fin de semana ante el Sevilla, el Barcelona contó hoy con el regreso de Lionel Messi y Sergio Busquets a la titularidad. Valverde, con todas sus piezas disponibles (a excepción de Coutinho, que no está habilitado para jugar en Champions), sorprendió al colocar a Sergi Roberto para poblar el mediocampo junto a Busquets, Ivan Rakitic y Andrés Iniesta, con Messi y Luis Suárez como únicos puntas.
La Roma, el rival teóricamente más débil de los cuartos de final, se presentó sin el lesionado Radja Nainggolan, una de sus principales armas en ataque. Pese a la ausencia del belga, el cuadro visitante no hizo las cosas sencillas a los azulgrana en el arranque de partido en el Camp Nou.
No generaba demasiado el Barcelona, pero cuando el primer tiempo se acercaba a su final se encontró con el gol. Messi pudo por fin combinar con Iniesta y cuando el español quería devolver el balón al argentino se interpuso De Rossi, que metió el gol en su propio arco desde el límite mismo del área.
En la segunda parte, el candado romano se abrió con una ráfaga letal del Barcelona. Rakitic envió un centro y Manolas metió el balón en su arco tras la presión del francés Samuel Umtiti, un jugador cuyo futuro en el Barcelona se puso en duda en los últimos días. Poco después Piqué, el otro defensa central de los catalanes, marcó el tercer tanto tras aprovechar un despeje del Alisson a un disparo de Suárez.
La cómoda ventaja relajó al Barcelona, que ofreció una pobre imagen en la media hora final. Marc-Andre ter Stegen se lució con dos tapadas maravillosas, la primera tras un propio error del alemán en la salida, antes de que Dzeko descontara y pusiera cierta dosis de incertidumbre.
Sin embargo, Suárez se reencontró con el gol en el cierre y el Barcelona se lleva un resultado muy positivo para mantener vivo el sueño del triplete de títulos esta temporada.
En Anfield Road, Mohamed Salah (12′), Alex Oxlade-Chamberlain (21′) y Sadio Mane (31′) marcaron los goles de un equipo local que supo contrarrestar el dominio del City, golpear en momentos clave del encuentro y firmar, en suma, una victoria importante de cara a la vuelta.
«Estuvo cerca de la perfección», valoró Jürgen Klopp, el técnico del Liverpool, sobre el gran primer tiempo de su equipo. «Estamos a la mitad, no hay ninguna razón para celebrar. Aún tenemos que afrontar la vuelta», analizó el alemán.
En la previa, el técnico Josep Guardiola afirmó que el City no cambiaría su estilo ofensivo pese al poderío del Liverpool: la idea más allá de cualquier circunstancia. Y así fue. La visita dominó pronto el balón y el campo.
Sin embargo, si los intentos de fútbol y construcción venían por parte del City, los goles eran del Liverpool, que a la media hora, y después de un notable ejercicio de contundencia, ganaba por 3-0.
Así, Firmino le ganó a Nicolás Otamendi, disparó y el rebote de Ederson quedó en los pies de Salah, que no dudó y marcó el primer tanto. O el primer shock, porque el City no encajó bien el golpe y el Liverpool, cada vez más afirmado, fue un compendio de pragmatismo.
Y si el City quiso volver al partido, cambiar la dinámica pese al primer mazazo, reencausar la lógica, ahí estuvo Oxlade-Chamberlain, con un soberbio remate de media distancia, para recordar que la noche tenía solo un dueño.
Si hacía hacía falta alguna evidencia más, alguna prueba de que el Liverpool dañaba allí donde más dolía, Mane cabeceó un centro del propio Salah y marcó no sólo el tercer tanto, sino también un abismo entre ambos equipos.
Por Tomás Rudich y Thomas Eßer (dpa)