Buenos Aires, 9 mar (dpa) – El ex embajador argentino en el Vaticano Eduardo Valdés (2014-2015) considera que el papa Francisco quedó sumido en la «grieta» ideológica que divide a sus compatriotas y opina que es uno de los motivos por los que aún no visitó su país natal desde que lidera la Iglesia católica.
«A Francisco le duele mucho que lo metan en la grieta argentina. Tenemos que sacarlo de ahí», dijo Valdés a dpa.
La expresión de la «grieta» que separa a sus compatriotas fue acuñada años atrás por el periodista argentino Jorge Lanata, en referencia al enfrentamiento entre quienes adhieren al kirchnerismo, que gobernó entre 2003 y 2015, y a sus opositores, la mayoría de ellos seguidores del hoy presidente, Mauricio Macri. Y desde entonces quedó instalada en la sociedad argentina.
En enero pasado, con motivo de la gira que el papa realizó a Chile y Perú, la Iglesia argentina debió explicar, por medio de sus autoridades, que Francisco todavía no visitó su país natal porque «teme que su presencia en el país pueda ser utilizada para exacerbar aún más esta división». Así lo dijo monseñor Víctor Fernández en declaraciones periodísticas.
Quienes apoyan al Gobierno de Macri sostienen que el pontífice avala con su silencio las críticas que realizan a su gestión algunos dirigentes sociales y políticos que estuvieron vinculados al religioso en la época en que era arzobispo de Buenos Aires. También recuerdan que Francisco se reunió en siete oportunidades con la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015), mientras que con el actual mandatario lo hizo sólo en dos ocasiones.
dpa: ¿Por qué dice que Francisco cayó en la grieta argentina?
Valdés: Porque parece que cada argentino quiere tener su propio papa, el que con su mensaje represente mejor su ideología. Y si no nos gusta lo que dice, es un adversario. En vez de practicar sus valores, queremos meter en la grieta al mayor líder moral de la humanidad. Lo único que hizo Francisco desde que comenzó su papado fue tomar una opción por los más humildes del mundo. Su primer viaje fuera del Vaticano lo hizo cuando visitó la isla italiana de Lampedusa para visibilizar el drama de los refugiados que llegan allí. Eso molesta a los poderosos. Y en Argentina, los movimientos sociales que representan sus ideas también son molestos para los gobiernos, tanto el anterior como el actual.
dpa: ¿Qué piensa el pontífice de esta situación?
Valdés: Le duele mucho que lo metan en la grieta. Sin embargo, cuando se analicen los años de Francisco al frente de la Iglesia se verá que fue un papa «antigrieta», constructor de puentes y destructor de muros. Por ejemplo, el viaje que hará a Chile y Perú busca completar la visita que realizó a Bolivia en 2015, cuando prometió trabajar para una salida boliviana al mar. En ese sentido, Latinoamérica le dio al papa más satisfacciones que el resto del mundo. En Colombia, por ejemplo, sus gestiones relanzaron las gestiones de paz entre el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
dpa: ¿Considera que Francisco visitará alguna vez Argentina antes de finalizar su papado?
Valdés: Francisco va a viajar a Argentina, pero él tiene una visión geopolítica de que desde las periferias se ve mejor el centro. En Europa, por ejemplo, todavía no visitó ninguna capital importante de los países centrales. Estuvo en Estrasburgo para visitar el Parlamento Europeo, pero no en París. Después recorrió países de la periferia como Armenia, Polonia y Azerbaiyán. Los argentinos creemos que la primera obligación de un papa compatriota era visitar su país de origen, pero no es así.
Por Gabriel Tuñez (dpa)