Buenos Aires, 20 mar (dpa) – La cumbre financiera del G20 expresó hoy su preocupación en Buenos Aires por los riesgos para la economía global por «tensiones económicas y geopolíticas», pero evitó una confrontación abierta con Estados Unidos y llamó en cambio a un mayor diálogo sobre comercio internacional.
Los aranceles anunciados por Donald Trump de un 25 por ciento al acero y un 10 por ciento al aluminio abrieron un frente de conflicto en el foro de gobernanza económica más influyente del planeta, pero los ministros evitaron ir a mayores.
«No primó la visión de que estemos en una guerra comercial», afirmó el ministro de Hacienda argentino, Nicolás Dujovne, en la conferencia de prensa de cierre de la reunión que evaluó propuestas para la cumbre de líderes que se hará a fines de noviembre en Buenos Aires.
En ese sentido se pronunció el comunicado final de la cumbre: «El comercio internacional y la inversión son motores importantes para el crecimiento, la productividad, la innovación, la creación de empleo y el desarrollo».
«Reafirmamos las conclusiones de nuestros líderes sobre comercio en la Cumbre de Hamburgo y reconocemos la necesidad de un mayor diálogo y acciones», sostiene el documento, sin una condena directa a las medidas proteccionistas que impulsa Estados Unidos.
La Cumbre de Hamburgo, luego de tensas negociaciones, se pronunció en julio de 2017 explícitamente en contra del proteccionismo y a favor del comercio libre y justo, palabras que no fueron citadas en Buenos Aires.
«Estamos trabajando para fortalecer la contribución del comercio a nuestras economías», subrayaron hoy los 19 países industrializados y emergentes y la Unión Europea que integran el G20, en momentos en que se teme que una escalada.
El secretario del Tesoro estadounidense, Steven Mnuchin, reconoció que espera que pueda haber represalias comerciales de países afectados. «Necesitamos estar preparados para actuar en defensa de los intereses de Estados Unidos para defender el comercio libre, justo y recíproco. Y por ello siempre hay un riesgo de que otros tomen medidas recíprocas», declaró Mnuchin tras el cierre.
«Como ha dicho el presidente, no tenemos miedo a una guerra comercial dado el tamaño de nuestro país y de nuestra economía y el hecho de que tenemos un gran déficit comercial», aseguró el secretario del Tesoro, quien aclaró que «no se trata de proteccionismo, sino sobre comercio recíproco en acero y aluminio».
El presidente argentino, Mauricio Macri, subrayó que el G20 «es un mecanismo eficaz para enfrentar los desafíos globales». «Es necesario que el G20 ponga las necesidades de la gente en primer plano, con un enfoque profundo en la equidad y la sostenibilidad», urgió, al encabezar el acto de cierre.
La primera reunión de ministros de Finanzas y presidentes de Bancos Centrales del G20 bajo la presidencia de Argentina destacó la mejora de las perspectivas económicas registradas desde octubre de 2017, con el aumento sincronizado de crecimiento más amplio desde 2010, y un repunte en la inversión y el comercio.
Pero apuntó que «la reciente volatilidad en los mercados es un recordatorio de los riesgos y las vulnerabilidades».
«Discutimos los principales riesgos para las perspectivas económicas, incluidas las vulnerabilidades financieras, que podrían revelarse con un endurecimiento de las condiciones financieras más rápido de lo esperado, y un aumento de las tensiones económicas y geopolíticas», señala el comunicado de cierre.
Por otra parte, los miembros del G20 advirtieron que «la tecnología, incluida la digitalización, está transformando sustancialmente la economía global» y remarcaron que «las respuestas políticas, que incluyen la cooperación internacional, son necesarias para garantizar y asegurar que los beneficios sean compartidos por todos». El tema volverá a debatirse en la próxima reunión oficial en julio.
El principal foro de gobernanza global abogó por impulsar los proyectos de infraestructura y avanzar hacia una mayor estandarización de los contratos y los instrumentos de financiación, para mitigar riesgos y «profundizar el diálogo con el sector privado».
El G20 expresó en tanto su preocupación por el uso de criptoactivos para fines ilegales, aunque destacó que estas monedas digitales hacen «más inclusivo el sistema financiero y a la economía en su conjunto».
«Los criptoactivos plantean cuestiones relacionadas con la protección de consumidores e inversores, la integridad de los mercados, la evasión impositiva, el lavado de dinero y el financiamiento al terrorismo», advirtió el foro.
En cuanto al debate sobre la tributación de la economía digital, el G20 propuso hallar una solución conjunta para 2020, en medio de la demanda de gran parte de los miembros de la Unión Europea para que los gigantes de Internet paguen impuestos allí donde tienen sus usuarios y no en países con menor presión impositiva, pese a la abierta negativa de Estados Unidos. También se debate cómo aplicar impuestos a las transacciones digitales.
En otro punto del documento, el foro advirtió que «el aumento de los niveles de deuda en los países de bajos ingresos ha generado preocupaciones sobre las vulnerabilidades de la deuda en estas economías». Abogó en tanto por el fortalecimiento de la red de seguridad financiera global, el monitoreo de los flujos de capitales internacionales y la apertura del sistema financiero global, apoyando el crecimiento y basado en estándares internacionales acordados.
«La volatilidad excesiva o los movimientos desordenados de los tipos de cambio pueden tener consecuencias adversas para la estabilidad económica y financiera», advirtieron los ministros del G20.
Por Cecilia Caminos (dpa)