El mundo ha cambiado con la llegada de las tecnologías de manera masiva. El sector inmobiliario, a menos que quiera quedarse atrás, tiene que unirse a dicha revolución creando nuevas figuras profesionales y esfuerzos en el diseño, proceso y ejecución de su trabajo para adaptarse a los tiempos que corren.
El sector inmobiliario tiene que adaptarse a los nuevos avances tecnológicos que progresan a una velocidad incalculable. El aumento de la automatización de todo tipo de procesos, los análisis efectuados y la inmótica o el control inteligente de edificios en diferentes espacios como Universidades, hospitales, hoteles y otras instituciones tanto públicas como privadas demandan nuevas necesidades que requieren otros perfiles que satisfagan estos cambios.
Especialistas del sector inmobiliario adaptados a los cambios tecnológicos
Los promotores inmobiliarios son unos de los primeros que han de adaptarse a los nuevos cambios tecnológicos que están revolucionando el sector de la construcción, ya que son los encargados de construir el proyecto arquitectónico previo a toda construcción. Su creación está totalmente ligada con las nuevas tecnologías, ya que forman parte de su día a día. Ese rol, relativamente nuevo, ha emergido prácticamente de manera simultánea con el auge de la era de la información y la comunicación tecnológica.
El promotor funciona como un empresario que responde a las necesidades de sus clientes en cuanto a precios, calidad, plazos de ejecución y entrega, coherencia del proyecto, y formas de pago. Sus funciones básicas se centran en la gestión y viabilidad de tal proyecto, así como el análisis de distintos factores desde que surge la idea como el análisis de los riesgos, la viabilidad técnica, la elección del tipo de suelo, conocer las leyes de la oferta y la demanda en el sector, analizar los informes de comercialización, establecer los precios de lanzamiento y el análisis del coste total. En definitiva, el promotor inmobiliario se dedica a analizar y gestionar todo el desarrollo del proyecto en general. Para ello tiene que integrar las tecnologías en sus desarrollos de análisis, puesto que sin ellas algunos procesos no serían posibles. La clave es adaptarse a los nuevos escenarios y herramientas tecnológicas que van apareciendo para que los procesos efectuados se realizan de una manera prácticamente automática facilitando así el trabajo conjunto y el resultado final.
Aunque esta figura no es la única que viene pisando fuerte en el sector inmobiliario en nuestro tiempo actual. El arquitecto sostenible es el que analiza y mide el impacto que tendrá el edificio durante toda su vida, comenzando por la construcción, hasta su utilización y su devolución. El análisis se centra en determinar los recursos necesarios, el consumo de agua, la energía y el impacto de los residuos que el edificio va a generar. Su fin último es disminuir los impactos ambientales provocados por la construcción e implementar métodos eficaces de energía renovable en el diseño y la ejecución de la construcción. De manera más concreta está la figura del especialista en rehabilitación energética de edificios.
Ventajas de usar las tecnologías en el área de construcción
Estas nuevas figuras profesionales comentadas anteriormente han permitido la realización de análisis profundos de grandes cantidades de datos e información. La digitalización de este sector implica que todos esos datos que contienen todo tipo de información se procesan con mayor rapidez con el objetivo de que los compradores dispongan de información actualizada y adaptada a sus necesidades.
Con la revolución tecnológica de esta última década y los perfiles profesionales que han ido apareciendo, ha emergido una nueva visión del desarrollo urbano basado en una transformación sostenible que favorezca al mundo entero y a todos los seres vivos que habitamos en él. Este avance ha provocado que la construcción se pueda volver responsable con los ciudadanos y el medio ambiente.
Es importante despertar a la sociedad esta filosofía sostenible en la que los recursos naturales son los medios necesarios para la construcción. El suelo natural es el recurso más potente y eficaz que demuestra la posibilidad de construir una edificación de manera respetuosa, además este recurso es inagotable y no encarece costes. De ahí la importancia de preservar los espacios naturales determinando las condiciones de cada terreno para actuar del mejor modo posible. Un promotor y un arquitecto deberán de analizar y valorar factores como el entorno, la eficacia energética y la calidad de vida del terreno.
Las empresas españolas aún no están concienciadas en materia de edificaciones sostenibles. Aunque la mayoría de las empresas usan las tecnologías para ejecutar sus procesos tanto previos como de acción, en el sector inmobiliario aún queda mucho por hacer. El informe Bankia Índicex del año 2016 que habla sobre la competitividad digital de las empresas, nos dice que España se queda atrás en este proceso de transformación en comparación con otros países europeos como Alemania, Inglaterra o Francia, entre otros.