Pyeongchang (Corea del Sur), 20 feb (dpa) – Compañeros y rivales desde muy pequeños, los españoles Juan del Campo y Quim Salarich compartirán el sueño de competir juntos en el slalom del esquí alpino de los Juegos Olímpicos que se llevará a cabo el jueves en el Yonpyong Alpine Centre de Pyeongchang.
Y lo de compañeros y rivales es exactamente así, porque si bien forman parte del equipo español desde la etapa de juveniles, el cupo por país que impuso la Federación Internacional de Esquí (FIS) para estos Juegos motivó que ambos amigos tuviesen que competir por la única plaza directa disponible para España.
Lejos de rivalizar, Del Campo, el elegido bajo los criterios impuestos por la federación española, y Salarich, el que en principio se iba a quedar afuera de los Juegos, vivieron momentos agridulces porque la alegría propia significaba la desgracias ajena -y viceversa-, hasta que a último momento la apertura de una nueva plaza posibilitó que ambos esquiadores compartan la ilusión de correr juntos en Pyeongchang.
A horas del debut absoluto para Salarich y de la revancha para Del Campo tras su frustrado estreno en el slalom gigante, ambos esquiadores recordaron aquellos momentos complicados, que bajo ningún concepto interfirieron en su amistad.
«Llevamos muchísimos años compitiendo juntos», remarcó Del Campo, el más joven de los dos con 23 años. «Es la persona con la que más te comparas, con la que entrenas, con la que vas a todas las competiciones, con la que luchas una plaza para las Copas del Mundo, Mundiales, Juegos Olímpicos. En definitiva, es la persona con la que más rivalidad tendrías que tener. Y eso, si lo llevas mal, es una cagada, crea muchísima tensión en un equipo», destacó el esquiador nacido en Bilbao, que explicó la manera en la que se toman la particular situación para superarla sin inconvenientes.
«Desde hace un tiempo, los dos tenemos claro que no somos nuestros rivales. Nuestros rivales son (Marcel) Hirscher, (Henrik) Kristoffersen, que son a los que estamos buscando. Nuestros rivales son los que ganan Copas de Europa, los que están adelante en las carreras. Y hasta el día que no estemos en la puerta de salida de una Copa del Mundo y él vaya primero y yo segundo, tenemos que ayudarnos lo máximo que podamos», añadió Del Campo. «Ese día, en ese minuto de bajada, querré ganarle con todo lo que tenga».
Salarich vivió la previa desde el otro lado, con el dolor de no haber sido el elegido. Pero a la vez, con la felicidad por el logro de su compañero. «Cuando se dio la noticia, es verdad que lo pasé mal, pero estaba contento por Juan», contó el esquiador de Vich, en Cataluña.
«Lo único que me enfadaba es que Juan no estaba disfrutando ese momento porque yo no estaba. En sus redes sociales había puesto que para cumplir su sueño tenía que destruir el mío. Entonces estaba triste por él, porque no podía disfrutar del todo el sueño de cualquier atleta, que es ir a unos Juegos Olímpicos, porque no íbamos juntos. Eso fue algo que me tocó bastante», añadió el esquiador de 24 años.
Para graficar la situación, Salarich contó una infidencia, que refleja lo incómodo que era el momento para ambos. «Su novia me pasaba notas de voz en las que él decía que estaba súper triste porque yo no podía ir a los Juegos, que era injusto, que teníamos que ir los dos».
Sin embargo, cuando se reordenaron los cupos, a Salarich se le abrió la posibilidad de viajar a Pyeongchang. «Lo primero que hice cuando me dijeron que estaba clasificado para ir a los Juegos fue avisarle y él me preguntó si era broma. Y luego su novia me volvió a mandar una nota de voz de él excitadísimo porque íbamos a ir juntos a los Juegos», recordó el catalán.
«Me traicionaron un poco ahí», interrumpió el vasco con una sonrisa. «Pero lo que sucede cuando compartes todos los días los entrenos con una persona que está trabajando tanto y tan bien, y dejándolo todo como tú, que tiene un objetivo metido en la cabeza, te ves reflejado. Y si a último momento se te cambia todo de golpe, yo si me pusiera en su lugar me dolería muchísimo. No es algo fácil de llevar», indicó Del Campo.
Lo concreto es que el destino les jugó a favor y ahora el jueves los dos podrán compartir equipo compitiendo en la pista del Yongpyong Alpine Centre contra rivales como Hirscher, Kristoffersen y compañía.
Por Ariel Greco (dpa)