Bruselas/Roma, 27 feb (dpa) – Cuando Silvio Berlusconi obtuvo un resultado mejor del esperado en las últimas elecciones italianas de 2013, el entonces líder de los socialdemócratas alemanes Peer Steinbrück lamentó la victoria política de un «payaso».
Las declaraciones desataron la indignación en Roma, pero no sorprendían demasiado teniendo en cuenta que se dirigían contra un ex primer ministro entrado en años, conocido por sus meteduras de pata y que llevó a Italia al borde de la bancarrota en 2011, implicado además en innumerables escándalos de sexo y corrupción.
Han pasado los años y este 2018, la imagen internacional del político de 81 años parece haber mejorado significativamente, al tiempo que presenta a su coalición conservadora, líder en las encuestas, como la mejor opción para evitar la victoria del impredecible y populista Movimiento Cinco Esterlals (M5S) en las elecciones italianas del 4 de marzo.
«Si el #M5S ganara, el capital, los negocios y todos los ciudadanos que pudieran permitírselo abandonarían Italia. Acabaríamos aislados internacionalmente con un Gobierno de aficionados sin experiencia en la política y en la vida», escribió Berlusconi el lunes en Twitter.
El M5S está liderado por el joven de 31 años Luigi de Maio, que no acabó sus estudios universitarios y es objeto de burla por los errores gramaticales que comete. El partido se ha moderado, pero hasta hace poco pedía la salida de Italia de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y el euro, y forjar «alianzas estratégicas» con Rusia y América Latina.
«En contraste (con el M5S), el señor Berlusconi no parece de repente tan malo. Y el astuto empresario está jugando el papel de hombre de estado sabio y moderado», señalaba recientemente «The New York Times».
Las encuestas apuntan que mientras el M5S es el partido más popular en los sondeos de cara a las elecciones del 4 de marzo, con casi un 30 por ciento de la intención de voto, el bloque conservador de Berlusconi está cerca de alcanzar el 40 por ciento, que tampoco le daría la mayoría parlamentaria.
En la campaña, Berlusconi se ha presentado a sí mismo como el candidato más «proeuropeo» y ha alardeado de sus conexiones con la canciller alemana, Angela Merkel, y otras figuras clave de la Unión Europea (UE), al tiempo que calificaba al M5S de «secta peligrosa».
Pero hasta hace poco, Berlusconi solía asegurar que su dimisión en 2011 fue un «golpe de Estado» inspirado por Merkel y el entonces presidente francés Nicolas Sarkozy, que sonrieron con gesto de superioridad en la cumbre del G20 de aquel año al ser preguntados si confiaban en su homólogo italiano.
Pero ahora, incluso el representante del grupo conservador alemán CDU/CSU en el Parlamento Europeo, Manfred Weber, considera que «Berlusconi garantiza una cierta estabilidad» en un contexto de «riesgo real de que fuerzas radicales y antieuropeas» puedan gobernar Italia.
«Los italianos y europeos saben lo que defiende. Berlusconi tiene un compromiso claro con Europa y con el euro y recientemente lo dejó claro en Bruselas», dijo a dpa Weber, que se reunió con Berlusconi en la capital de la UE el 22 de enero.
En aquel viaje a Bruselas fue el presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, quien le hizo de anfitrión. Berlusconi ha propuesto precisamente al político europeo como próximo primer ministro, puesto al que él no puede aspirar debido a una condena por evasión fiscal que le prohíbe ocupar un cargo público.
«No hay duda en Bruselas de que el regreso de Berlusconi se vería favorablemente», dijo Tajani a la Radio Capital el 6 de febrero. «Garantiza la estabilidad y su reciente encuentro con (el presidente de la Comisión, Jean-Claude) Juncker fue excelente».
En teoría, el candidato más proeuropeo de los comicios italianos es el centro izquierda. Pero el gobernante Partido Demócrata (PD), liderado por el ex primer ministro Matteo Renzi, se ha desmoronado en los sondeos, dejando a Forza Italia de Berlusconi como la siguiente mejor opción desde el punto de vista de Bruselas.
Según Daniel Gros, un economista alemán que dirige el think tank Centre for European Policy Studies, el stablishment europeo que apoya a Berlusconi lo hace bajo el lema «más vale lo malo conocido».
Sin embargo, no todos lo apoyan, especialmente el centro izquierda. Jens Geier, el líder socialdemócrata en la Eurocámara, recuerda que la coalición de Berlusconi incluye «el populista partido de ultraderadcha Liga y la posfascista Hermanos de Italia», que son de todo menos entusiastas de la UE.
Evocando el nombre del líder nacionalista polaco que mueve los hilos en Varsovia pese a no tener un papel formal en el Gobierno, Geier cree que Berlusconi podría convertirse en un «Kaczynski italiano que dirige las políticas populistas de derecha desde la habitación de atrás».
«Contamos con los votantes italianos» para que no permitan que eso suceda», dijo a dpa.
Por Alvise Armellini y Helen Maguire (dpa)