Los festivales de cine de invierno reúnen a creadores y espectadores en torno al séptimo arte, impulsando la cultura y el turismo internacional.

Los festivales de cine que se celebran cada invierno son mucho más que una alfombra roja. Berlín, Sundance o San Sebastián (en su versión de invierno) se preparan para recibir a cineastas, críticos y amantes del séptimo arte.
En ellos se proyectan estrenos, se debaten nuevas narrativas y se apoya el cine independiente. Además, su impacto trasciende la gran pantalla: dinamizan la economía local y posicionan a las ciudades como referentes culturales.
Cada edición renueva la magia del cine como lenguaje universal y demuestra que, incluso con frío, la pasión por las historias no se enfría.