(EP) – El sindicato CCOO ha elaborado un informe sobre las diferencias salariales entre hombres y mujeres en el que destaca que, a pesar de haberse reducido sustancialmente gracias a la subida del salario mínimo interprofesional, Asturias soporta la mayor brecha salarial del país.
El indicador convencionalmente utilizado para medir la brecha salarial de género es el promedio de las retribuciones brutas por hora. Así, CCOO señala que el salario medio por hora de las trabajadoras asturianas debería ser un 11,5% superior para igualar el de los hombres.
No obstante, consideran más adecuado afirmar que la brecha es del 18,9%, pues tal es el incremento que precisa su retribución por hora para igualar la de los hombres, lo que equivaldría a trabajar 69 días más año. «Podría decirse que, en una jornada diaria de 8 horas, las mujeres trabajan 1 hora y 16 minutos sin cobrar», han señalado desde el sindicato.
Desde el sindicato dicen que la brecha se amplía hasta el 34%, si se consideran los ingresos salariales anuales. «En Asturias, la ganancia media anual de las mujeres es un 25,2% inferior a la de los hombres, y debería incrementarse un 33,7% para igualarse», ha indicado.
El informe corrobora que las mujeres son mayoría en los tramos con ingresos anuales más bajos. Por ejemplo, son mujeres el 54% de los asalariados que en 2020 ingresaron menos del equivalente al 1,5 veces el SMI. Y entre el 10% de los trabajadores con salarios más altos, solo una de cada tres (el 33%) son mujeres.
«Todo ello genera desequilibrios económicos en el presente, pero también en el futuro, pues afecta a las prestaciones por desempleo y a las pensiones», sostiene el informe.
«Seguimos subyugadas por un mercado laboral que se rige por parámetros eminentemente masculinos, fruto de sociedades capitalistas patriarcales, en el que los varones salen beneficiados y las mujeres claramente perjudicadas», ha dicho Ana María Rodríguez, responsable de Igualdad de CCOO de Asturias.
Desde CCOO de Asturias consideran prioritario «actuar sobre la mayor feminización de las jornadas parciales y de la contratación a tiempo parcial, la masculinización de los complementos salariales, el desigual reparto familiar, laboral y social de los costes y tareas de la reproducción y los cuidados, y la valoración del trabajo de cuidados, poniendo la vida en el centro»..