Berlín, 13 mar (dpa) – Los disturbios y la espiral de violencia sin precedentes que sacudieron la cumbre de los Veinte países más industrializados y emergentes (G20) que se celebró en julio en Hamburgo han dado el salto a los escenarios al convertirse en el hilo conductor de un musical que se estrenará el jueves en Alemania.
Respetando el nombre de la principal protesta que meses atrás puso en jaque a la ciudad germana, «Bienvenidos al infierno» presenta en Berlín un repaso por los violentos acontecimientos que, aparte de manifestaciones pacíficas, incluyeron la quema indiscriminada de varios automóviles, el lanzamiento de piedras y botellas a policías o el saqueo de supermercados y que a la postre generaron un gran debate en el país, exigiendo responsabilidades políticas por lo ocurrido.
«Lo fundamental fue la constatación de que las fronteras vuelven a estar en boga, por ejemplo con el lema del presidente estadounidense, Donald Trump (…)», señalan el autor y director del musical, Peter Lund, quien entiende que la cumbre ofrece la posibilidad de abordar los grandes conflictos abiertos actualmente en el mundo.
La pieza se estrenará en la Ópera del barrio berlinés de Neukölln, célebre en la capital alemana por su querencia a mostrar espectáculos alternativos.
El musical ofrece una visión contrapuesta al caos vivido durante el G20 mediante la figura, por una parte, de un joven anarquista fuertemente radicalizado y, por otra, de un policía traumatizado que se siente abandonado por la clase política.
«Nuestra guía para el musical fue lo que dijeron todos: ‘¡menos mal que no se ha muerto nadie!’, agregó Lund sobre una obra que, además de recordar cómo los 20.000 policías destinados se vieron desbordados por los distintos focos de protesta, también reflexiona sobre la precariedad laboral de la cajera de los supermercados asaltados o sobre la figura de una periodista que parece encontrarse en un dilema.
«En ‘Bienvenidos al Infierno’ se muestra una imagen sombría de la actualidad global», avanza el director del musical.
Miles de manifestantes tomaron las calles de Hamburgo para protestar contra el capitalismo y la globalización antes y durante la cumbre que se celebró el 7 y 8 de julio de 2017 y que reunió en la ciudad del norte de Alemania a los jefes de Estado y de Gobierno de los veinte países más industrializados y emergentes (G20), entre ellos, la canciller Angela Merkel y el mandatario estadounidense Donald Trump.
Los intensos enfrentamientos entre policías y manifestantes durante la cumbre dejaron centenares de heridos, así como daños millonarios por el saqueo de comercios y la quema de automóviles.