(dpa) – La Arena México hierve de enojo cuando el luchador Sam Adonis entra alzando una bandera de Estados Unidos con la cara de Donald Trump pintada. Es parte del show. El rubio estadounidense de más de 1,90 metros provoca a su público.
En el templo de la lucha libre mexicana se desatan las pasiones. «¡Fuera, fuera!», le gritan. Los luchadores se enzarzan en una batalla de piruetas en el aire. Es México vs Estados Unidos, en el ring. Una manera de hacer catarsis tras un año de Trump en la Casa Blanca.
Desde la campaña electoral, Trump generó un clima hostil hacia México. Aunque muchas de sus promesas más duras no se han concretado en el primer año de presidencia, siguen vivas.
Un muro en la frontera, deportaciones masivas y terminar con el «peor tratado comercial de la historia», como se refiere al acuerdo vigente desde 1994 entre su país, México y Canadá, han sido sus mantras.
Del muro hay ocho prototipos construidos a manera de prueba desde octubre en la frontera entre San Diego -en el suroeste de Estados Unidos- y Tijuana.
Empresas constructoras erigieron pequeños tramos de muro, que están siendo analizados para ver a quién se otorga el contrato para sellar una parte de la frontera, que mide en total 3.200 kilómetros.
Hay motivos para que Adonis, con su parafernalia en el ring a favor de Trump, genere abucheos. Él se define como «Mexico’s #1 Villain»: el villano número uno de México.
El discurso de Trump sobre el muro y contra los inmigrantes es una de las cosas que más molestan a los mexicanos. Trump todavía no ha conseguido que el Congreso estadounidense libere los fondos que necesita para construir la barrera, pero mantiene el plan.
A principios de enero pidió 18.000 millones de dólares, que se desembolsarían a lo largo de una década, como una condición para negociar una solución para unos 800.000 jóvenes indocumentados amenazados con la expulsión.
El futuro de esos jóvenes, que son en su mayoría mexicanos, está en suspenso. El 5 de septiembre, Trump puso fin al Programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) y dejó en manos del Congreso una solución, si bien hace unos días un juez ordenó reactivar el programa.
Adonis encontró en el sentimiento anti-Trump un buen motivo para calentar los ánimos en la lucha libre, que es su verdadera pasión.
«Yo quiero a la gente enojada conmigo, quiero a la gente bien loca en la Arena México», dijo al deportivo mexicano «La Afición» el luchador estadounidense, un fan desde niño de este deporte-espectáculo mexicano.
Muchas veces Trump usa su cuenta de Twitter @realDonaldTrump para reclamar la construcción del muro o criticar el Nafta. El luchador Adonis usa el nombre de usuario @RealSamAdonis en la red.
En Estados Unidos viven unos 11 millones de mexicanos, de los cuales unos 5,6 millones se encuentran en situación irregular.
Los mexicanos que viven en Estados Unidos son un sustento fundamental para sus familias del otro lado de la frontera y en los primeros 11 meses del año pasado enviaron 26.167 millones de dólares, un 6,15 por ciento más comparado con ese periodo de 2016.
Pero, pese a las amenazas, en el Gobierno de Trump las deportaciones de mexicanos disminuyeron un 22,5 por ciento entre enero y noviembre en la comparación anual.
Se debe también a que hay menos llegadas desde hace años. El número de mexicanos que emigra a Estados Unidos ha estado bajando de manera sostenida desde 2010, después de un pico de 6,4 millones de inmigrantes indocumentados un año antes.
En el frente comercial también hay tensión entre México y Estados Unidos. El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Nafta o TLCAN), del que Trump amenazó con retirar a su país, está en proceso de renegociación.
«Estamos enfrentando coyunturas inéditas, retos sin precedentes», dijo el ministro de Relaciones Exteriores de México, Luis Videgaray, hace unos días.
A un año de la llegada de Trump al poder, México celebrará elecciones presidenciales en julio para elegir al sucesor de Enrique Peña Nieto. Como puntero se ubica de momento Andrés Manuel López Obrador, un político nacionalista de centroizquierda que quedó en segundo lugar en 2006 y 2012.
En cada función, Adonis recibe andanadas de groserías. «No es mi culpa que a los mexicanos no les guste mi presidente», señala el luchador. Pero a él no le molesta, al contrario. Es un profesional. «Me gusta esa energía», dice.
Por Andrea Sosa Cabrios