Fráncfort, 2 mar (dpa) – Los alemanes deben prepararse para un aumento significativo de los precios al consumo este año debido a la guerra de Ucrania, con una tasa media de inflación que podría llegar al 5,0 por ciento, señaló hoy el Bundesbank.
Los expertos del banco central alemán manejan en la actualidad esta cifra, dijo su presidente, Joachim Nagel, y añadió que un nuevo aumento de los precios de la energía también repercutiría en los precios al consumo.
El año pasado, la tasa de inflación de la mayor economía europea se situó en una media del 3,2 por ciento, según el índice armonizado de precios de consumo, un dato clave para la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE).
«También cabe esperar una tasa de inflación elevada para la zona del euro», dijo Nagel. «Tenemos que vigilar la normalización de nuestra política monetaria».
En febrero la inflación aumentó hasta un máximo histórico en la zona de la moneda común, impulsada por los costes de la energía. Los precios al consumo subieron un 5,8 por ciento en comparación con el mismo mes del año anterior, según la oficina de estadística europea Eurostat.
Se trata del valor más alto desde la introducción del euro en 1999. Los precios de la energía subieron un 31,7 por ciento en comparación con el mismo mes del año pasado, mientras que los alimentos y los artículos de lujo costaron un 4,1 por ciento más.
En marzo habrá otro shock de precios con una tasa superior al 6,0 por ciento, a menos que vuelvan a bajar de manera significativa los precios de la energía, que han subido a causa de la guerra de Ucrania, advirtió el economista jefe del Commerzbank, Jörg Krämer.
El objetivo de inflación a medio plazo del BCE, que se sitúa en el 2,0 por ciento, se superará así aún más.
El BCE podría tomar medidas subiendo los tipos de interés. Sin embargo, la guerra en Ucrania dificulta la decisión del banco central sobre el rumbo a seguir, que se fijará en la próxima reunión de política monetaria el 10 de marzo.
Nagel es miembro del Consejo de Gobierno del BCE, el máximo órgano decisorio del Banco Central Europeo.
Por otra parte, el coronavirus continuó dejando huella por segundo año consecutivo en el presupuesto alemán, que no recibió a finales de 2021 ninguna transferencia de beneficios por parte del Bundesbank.
Al igual que en 2020, el banco central germano logró un resultado anual equilibrado en 2021 y, por tanto, no transfiere fondos al Gobierno de Berlín.
Nagel lo justificó alegando que es necesario aumentar las provisiones para hacer frente a los riesgos debido a las medidas de política monetaria de emergencia tras la pandemia.
«En 2020 y 2021, los riesgos de nuestro balance han aumentado significativamente en general en comparación con el momento anterior a la pandemia», dijo Nagel.
El BCE amplió de forma considerable su compra de bonos del Estado y corporativos durante la crisis. Según el Bundesbank, esto aumentó los riesgos de impago, por lo que aumentó sus provisiones de riesgos en 1.300 millones de euros, hasta los 20.200 millones de euros.
El año pasado fue el primero desde 1979 en que Berlín no recibió ningún «cheque» del Bundesbank.