(SERVIMEDIA) – El océano Ártico se ha ido calentando desde principios del siglo XX, décadas antes de lo que sugieren algunos registros, debido a la llegada de agua más cálida desde el Atlántico.
Así lo apunta un grupo internacional de 14 investigadores pertenecientes a instituciones de Alemania, Italia, Noruega y Reino Unido, en un estudio publicado en la revista ‘Science Advances’.
Los científicos reconstruyeron la historia reciente del calentamiento oceánico en el estrecho de Fram, que es la puerta de entrada al Ártico al comunicar el situarse entre el noroeste de Groenlandia y el archipiélago noruego de las islas Svalbard.
Desde 1900, las temperaturas del Ártico han aumentado cerca de 2ºC, mientras que se ha retirado hielo marino y ha aumentado la salinidad.
Gracias al análisis de firmas químicas halladas en microorganismos marinos, los investigadores encontraron que el Ártico comenzó a calentarse rápidamente a comienzos del siglo pasado a medida que aguas más cálidas y saladas fluían desde el Atlántico, un fenómeno denominado ‘atlantificación’. Este cambio probablemente precedió al calentamiento documentado por las mediciones instrumentales modernas.
Estos resultados ofrecen la primera perspectiva histórica sobre la ‘atlantificación’ del Ártico y revelan una conexión con el Atlántico Norte más fuerte de lo que se pensaba, lo que da forma a la variabilidad del clima ártico. Ello podría tener implicaciones importantes para el retroceso del hielo marino y el aumento global del nivel del mar a medida que las capas de hielo polar continúan derritiéndose.
Todos los océanos del mundo se están calentando debido al cambio climático, pero el Ártico -el más pequeño y menos profundo de los océanos del mundo- es el que se está calentando más rápidamente. «La tasa de calentamiento en el Ártico es más del doble del promedio mundial debido a los mecanismos de retroalimentación», apunta Francesco Muschitiello, del Departamento de Geografía de la Universidad de Cambridge (Reino Unido).
Muschitiello apunta: «Basándonos en mediciones satelitales, sabemos que el Océano Ártico se ha estado calentando constantemente, en particular en los últimos 20 años, pero queríamos colocar el calentamiento reciente en un contexto más largo».
“CAMBIO MARCADO”
La ‘atlantificación’ es una de las causas del calentamiento en el Ártico, aunque los registros instrumentales capaces de monitorear este proceso, como los satélites, sólo se remontan a hace unos 40 años.
Si el Ártico se calienta, el hielo en esa región polar se derrite, lo que, a su vez, afecta a los niveles globales del mar. A medida que el hielo se derrite, más superficie oceánica se expone al sol, lo que libera calor y eleva las temperaturas del aire.
A medida que el Ártico continúa calentándose, derretirá el permafrost, que almacena enormes cantidades de metano, un gas de efecto invernadero mucho más dañino que el dióxido de carbono.
Los investigadores utilizaron datos geoquímicos y ecológicos de sedimentos oceánicos para reconstruir el cambio en las propiedades de la columna de agua en los últimos 800 años. Fecharon con precisión los sedimentos utilizando una combinación de métodos y buscaron signos diagnósticos de ‘atlantificación’, como el cambio de temperatura y la salinidad.
«Cuando observamos toda la escala de tiempo de 800 años, nuestros registros de temperatura y salinidad parecen bastante constantes», recalca Tesi Tommaso, del Instituto de Ciencias Polares del Consejo Nacional de Investigación en Bolonia, que agrega: «Pero de repente a principios del siglo XX, obtienes este cambio marcado en la temperatura y la salinidad realmente sobresale».
«La razón de esta rápida ‘atlantificación’ de la puerta del océano Ártico es intrigante», indica Muschitiello, que subraya: «Comparamos nuestros resultados con la circulación oceánica en latitudes más bajas y encontramos que hay una fuerte correlación con la desaceleración de la formación de agua densa en el Mar de Labrador. En un escenario de calentamiento futuro, se espera que la circulación profunda en esta región subpolar disminuya aún más debido al deshielo de la capa de hielo de Groenlandia. Nuestros resultados implican que podríamos esperar una mayor ‘atlantificación’ del Ártico en el futuro debido al cambio climático».