Augsburgo (Alemania), 20 nov (dpa) – Antes de liberar a sus jugadores hacia el descanso del domingo, el técnico del Bayern Múnich, Julian Nagelsmann, los retuvo un tiempo más para mostrarles imágenes de la amarga derrota sufrida en el derbi de Baviera ante el Augsburgo.
El rendimiento del líder de la Bundesliga en la caída por 2-1 ante un apasionado Augsburgo enojó al técnico.
«Por primera vez como entrenador del Bayern estoy muy molesto porque está claro que tenemos que jugar mejor», reconoció Nagelsmann antes de emprender el regreso en autobús a Múnich.
El mayor punto de crítica fue, una vez más, el comportamiento defensivo de su equipo, que parece ser el problema recurrente en Múnich y que ahora pone a prueba a Nagelsmann como entrenador.
«Nos encajan los goles de la misma manera esta temporada», lamentó el técnico en referencia a los descuidos repetidos de la defensa. Los tantos de Mads Pedersen y André Hahn entraron en el arco de Manuel Neuer después de que el Augsburgo ganara el balón con rápidos avances por la banda izquierda.
«Sientes que puedes marcar dos, tres, cuatro goles en cada partido, pero por momentos nos falta la ambición de generar un mayor trabajo colectivo», admitió Thomas Müller tras su partido oficial número 600 con la camiseta del Bayern Múnich.
«Cuando el ataque no brilla como suele hacerlo, la defensa tiene que ser más estable, y no lo fue», reprendió Nagelsmann. El decimocuarto gol de la temporada de Robert Lewandowski esta vez no fue suficiente.
«El primer tiempo fue muy malo. Para nosotros, esto es un amargo revés en nuestra forma de concebir el juego», acotó Müller.
El guardameta Neuer también reaccionó crispado. «Definitivamente tenemos que ganar contra un equipo como este. Tenemos más calidad», apuntó.
Tras el final del partido, Nagelsmann se esforzó por desviar lo mejor posible un debate sobre el jugador Joshua Kimmich, quien aún no se ha vacunado contra el coronavirus y permanece aislado hace varios partidos por un contacto estrecho positivo.
Según Nagelsmann, la ausencia de un jugador clave como Kimmich es una desventaja, pero es «demasiado torpe» como excusa para justificar una derrota «no tan inmerecida».
«Otros clubes tendrían más para quejarse con una o dos ausencias. Nosotros, en el Bayern Múnich, no deberíamos hacerlo», dijo el entrenador de 34 años, que llegó al múltiple campeón alemán esta temporada.
El Augsburgo, en tanto, se vio obligado a jugar sin el trío de ataque formado por Rubén Vargas, enfermo por coronavirus, Alfred Finnbogason y Florian Niederlechner ante 26.000 aficionados entusiasmados con el rendimiento de su equipo.
«(El trío) equivale a por lo menos un Kimmich», dijo Markus Weinzierl después del gran triunfo.
Las tres victorias del Augsburgo contra los rivales de Múnich se produjeron con él como entrenador. Sus jugadores impresionaron con un fútbol agresivo, valiente y directo. «Así es como queremos ver al equipo», destacó.
En tanto, la ausencia de Kimmich, que se prolongará también el martes en el campo del Dinamo de Kiev por la Liga de Campeones, es también una preocupación a dos semanas del partido contra el máximo rival de la Bundesliga, el Borussia Dortmund.
El internacional germano es el volante del juego del Bayern y el desencadenante de las acciones ofensivas y defensivas del equipo. Su importancia también se puso de manifiesto en la infructuosa actuación de su sustituto Marcel Sabitzer, no solo porque al austriaco le robaron el balón antes del 2-0.
«Sabi tiene mucho, mucho más para dar», se extrañó Nagelsmann sobre el jugador que estuvo también bajo su mando en el Leipzig.
El hecho de que Kimmichy otros jugadores del Bayern no estén vacunados sigue siendo un problema que los campeones arrastran de cara a un duro invierno signado por el coronavirus.
Sin embargo, la segunda derrota de la temporada no hace más que incentivar a alguien como Müller. «Por supuesto que no dejaremos que el resultado nos desvíe del camino», recalcó.
Por Klaus Bergmann (dpa)