Berlín, 3 jul (dpa) – El ministro del Interior de Alemania, Horst Seehofer, inició hoy conversaciones con el Gobierno austríaco con el ánimo de que Viena respalde la creación de centros de tránsito cerrados para migrantes que estarían localizados en la frontera de ambos países.
El político germano señaló que esta mañana había hablado por teléfono con el canciller austríaco, Sebastian Kurz, para explicarle con mayor detalle el acuerdo alcanzado anoche en Berlín con la canciller Angela Merkel, que prevé abrir en zonas límitrofes entre Alemania y Austria organismos que también tendrían la potestad para expulsar de forma automática a migrantes que intentan entrar en Alemania pero que ya cursaron una petición de asilo en otro país europeo.
«Tengo la impresión de que (el canciller austríaco) Kurz está interesado en una solución sensata», precisó el ministro alemán y líder de la Unión Cristianosocial (CSU), el partido hermano bávaro de la Unión Cristianodemócrata (CDU) que dirige la canciller Angela Merkel.
«Me gustaría volar a Viena lo antes posible», agregó explicando que por ahora todavía no se había cerrado una fecha para un encuentro personal.
Por el momento, Viena recibió con escepticismo los planes de Seehofer. En un comunicado emitido esta mañana, el Ejecutivo austríaco anunció que reforzará sus controles en la frontera en caso de que la coalición de la canciller alemana apruebe finalmente crear estos centros cerrados para migrantes.
Seehofer también reveló que desde Berlín se están manteniendo conversaciones con Italia, uno de los países más afectados por la crisis migratoria y que desde que está gobernado por un Ejecutivo euroescéptico se ha negado categóricamente a seguir acogiendo refugiados en su territorio.
Tras una serie de reuniones maratonianas, Merkel y su ministro del Interior y socio conservador, Horst Seehofer, lograron a última hora de este lunes salvar sus diferencias en el enfrentamiento que mantenían por la política migratoria con un acuerdo que contempla la creación de los llamados «centros de tránsito» en las fronteras entre Alemania y Austria.
Allí residirían refugiados que hayan llegado a Alemania tras haberse registrado como peticionarios de asilo en otros países de la Unión Europea (UE).
Se trataría de edificios cerrados, de los que los migrantes no podrían salir mientras se resuelve su futuro. Estos entes serían además responsables de llevar a cabo las expulsiones de los migrantes desde Alemania a los países europeos por los que entraron. En caso de que no existiese ningún acuerdo entre Alemania y otro país europeo para una rápida devolución de los peticionarios de asilo, se prevé que Berlín los expulse a Austria.