Berlín, 3 may (dpa) – La carrera en el Schalke del joven futbolista alemán Max Meyer, de 22 años, acabó abruptamente el lunes tras una polémica entrevista publicada por el tabloide «Bild» sin consentimiento de su club, que prescindió fulminantemente de él.
Meyer, que llegó a la cantera Schalke con sólo 13 años procedente de las categorías inferiores del Duisburgo, se despide así del que hasta ahora había sido el club de su vida. El mediocampista no jugará más con el equipo que lo vio debutar en la Bundesliga y a través del cual fue convocado en cuatro ocasiones por la selección absoluta alemana.
En la polémica entrevista, Meyer aseguró haberse sentido víctima de de una persecución dentro del Schalke y cargó contra el entrenador, Domenico Tedesco, contra el presidente del Consejo de Administración del Schalke, Clemens Tönnies, y contra el director deportivo del club, Christian Heidel.
Heidel aprovechó una entrevista con el canal de televisión Sky el lunes para responder públicamente a Meyer: «Creo que es muy aventurado calificarse a sí mismo como víctima de ‘mobbing’ (acoso laboral) si se sabe realmente cómo se sienten las víctimas de ‘mobbing'», dijo el director deportivo del Schalke, que negó cualquier tipo de maltrato.
En la nota de prensa emitida por el club sobre el «caso Meyer», el Schalke ofreció detalles poco habituales de los entresijos de la confrontación y del definitivo despido del jugador.
Según la versión del club, tras el partido contra el Hamburgo del pasado 7 de abril, en el que Meyer fue sustituido en el descanso, el mediocampista dijo que su carrera en el Schalke había acabado. El entrenador lo invitó a una charla personal el lunes 30 de abril para abordar su situación. Meyer rechazó la invitación.
El centrocampista, que había jugado en 28 de los 37 partidos oficiales de Bundesliga de lo que va de temporada, sólo había participado en dos de los últimos siete encuentros ligueros. Meyer llegó a negar una lesión por la que, según Tedesco, había sido descartado.
Según informa la prensa especializada alemana, Meyer incluso había recibido del Schalke una suculenta oferta de renovación con un salario de 5,5 millones de euros anuales para ampliar su contrato, que finaliza esta temporada.
Esa renovación ya no será necesaria: el club lo ha apartado definitivamente del equipo y de los entrenamientos hasta junio, cuando dejará oficialmente de formar parte del Schalke.
Meyer tendrá que ver ahora desde la distancia cómo el club que lo formó pelea por la segunda plaza de la Bundesliga en lo que resta de temporada. El Schalke podría asegurar el sábado ante el Augsburgo su clasificación para la Liga de Campeones de la próxima temporada.
Mientras, el futuro futbolístico de Meyer sigue siendo una incógnita: las especulaciones apuntan una oferta del fútbol alemán y cuatro del extranjero, con la Premier inglesa como más que probable destino.
Por Barry Whelan y Andreu Jerez (dpa)