Madrid, 1 may (dpa) – El futbolista colombiano James Rodríguez regresará hoy al Santiago Bernabéu casi un año después de haber salido por la puerta de atrás del Real Madrid y lo hará sin rencores pero con un mensaje claro: «El presente es el Bayern».
El conjunto alemán se juega mucho en la visita a los blancos, pues la derrota 2-1 en casa en la ida le obligará a un esfuerzo extraordinario si quiere estar en la final de la Liga de Campeones.
«No creo que tengamos que cambiar mucho porque hicimos un buen partido en la ida. Hay que hacer goles, que es en lo que fallamos en la ida», aseguró el lunes James en la rueda de prensa previa al choque.
Buena parte de las opciones del Bayern pasan por el desempeño de James, un jugador que salió del Real Madrid en julio después de que el club blanco -y particularmente su técnico, Zinedine Zidane- decidiera desprenderse de él y cederlo al club bávaro.
«El presente es el Bayern y estoy feliz. Ahora sólo pienso en el Bayern», aseguró el centrocampista en su vuelta a Madrid.
El colombiano firmó un contrato de cesión con la opción de compra de 45 millones de euros, una cláusula que, según el diario alemán «Bild», el Bayern ejecutará al final de la presente temporada. Quiere a James en propiedad.
El futbolista del Bayern no muestra rencor alguno. Ni al Real Madrid ni a Zidane. «Es algo lindo volver al Bernabéu después de justo un año. Fue mi casa y siempre es algo bueno regresar. Es una mezcla de sentimientos bonitos», afirma.
Tampoco quiere ajustar cuentas, ni ve el choque de hoy como una oportunidad de reivindicarse.
«Yo no tengo que demostrar nada a nadie. No busco demostrar nada, ni una venganza. Simplemente quiero pasar a una nueva final de la Champions League», explica.
James permanece atento a una de las nuevas liturgias del fútbol moderno, la de no celebrar el gol ante un antiguo equipo, como expone al decir: «No lo celebraré por el simple hecho de que me trataron muy bien. Es una cuestión de respeto, fui feliz aquí».
Ni siquiera habla con dolor del entrenador que no le dio muchos minutos la pasada temporada. «Contra Zidane no tengo absolutamente nada. No tengo sentimiento ni de rabia ni de querer ganar contra él. Sólo quiero pasar a la final. No tengo nada contra él ni contra el club. Mi sentimiento es de gratitud y sólo quiero hacer un gran partido», afirma.
Tampoco mira atrás. «Nadie tuvo culpa de lo que pasó. Cuando pude jugar hice cosas buenas. El primer año jugué siempre y cuando juegas más puedes hacer más cosas, más números. Todo lo contrario cuando participas menos. Todo pasa por muchas cosas», insiste.
A pesar de su rendimiento decadente en el tiempo que estuvo en el Real Madrid, ya fuera por falta de confianza de Zidane o por disminución propia de prestaciones, James Rodríguez se marchó en silencio y todavía hoy manifiesta cariño por su antigua hinchada.
Así, espera un buen recibimiento de los que fueron sus aficionados, según desea: «Tengo sentimientos lindos hacia todos ellos. Creo que me van a recibir de muy buena manera».
Lo que es seguro es que el Real Madrid no debe esperar ninguna concesión de su ex jugador, convertido desde la llegada del técnico Jupp Heynckes en una pieza esencial de su equipo. Es del Bayern cien por cien.
Por Alberto Bravo (dpa)