Múnich, 11 abr (dpa) – Respondiendo él sí a los pronósticos, el Bayern de Múnich se convirtió hoy en semifinalista de la Liga de Campeones europea al superar en los cuartos de final a un competitivo pero ineficaz Sevilla por un global de 2-1.
El equipo español, que hoy no pudo pasar del empate sin goles en el Allianz Arena después de caer por 2-1 en el estadio Sánchez Pizjuán, vio así finalizada la aventura más larga de su historia en la máxima competición europea.
«El Sevilla ha sido un digno rival y la afición tiene que estar orgullosa porque hemos competido en la Champions con equipos de mayor nivel económico que nosotros», destacó José Castro, presidente del Sevilla, tras la eliminación de los suyos.
En sus primeros cuartos de final en la Champions, los dirigidos por Vincenzo Montella no pudieron repetir sus viejas hazañas en la antigua Copa de la UEFA ni, como pretendían, emular el remonte de la Roma frente al Barcelona.
Como en la ida en Sevilla, les faltó a los españoles poder ofensivo y puntería ante un Bayern, que también pudo marcar en varias ocasiones y acabó conformándose con el empate a cero.
Le servía el resultado al equipo dirigido por Jupp Heynckes para, un año después de verse apeado por el Real Madrid, regresar a unas semifinales de la Champions.
Los alemanes, que acumulan 364 días sin perder en el Allianz Arena, buscarán ahora una final que no disputan desde 2013, cuando conquistaron su última Copa de Europa.
«De la misma manera que no hay que subestimar a un equipo que llegó a cuartos como el Sevilla, en las semifinales tampoco hay que hacerlo con nadie porque todos son top y serán complicadas», avanzó un satisfecho Heynckes.
«Queremos llegar hasta la final, pero antes hay que jugar las semis», continuó el técnico germano que prefirió no elegir a su próximo rival entre Real Madrid, Roma y Liverpool.
Hoy, con menos superioridad que la que Heynckes sugirió en la víspera del choque, los campeones germanos fueron mejores que el Sevilla en el global, si bien los tres goles de la eliminatoria los anotaron los andaluces: el propio y los dos del Bayern en propia puerta.
Durante los diez primeros minutos del choque, el Sevilla pareció sobrecogido por el espectacular ambiente del Allianz Arena, lleno hasta la bandera, y por un Bayern que saltó a la cancha claramente decidido a marcar pronto.
James Rodríguez, Lewandowski y Robben rondaron con cierto peligro el arco defendido de nuevo por David Soria, mientras la hinchada germana y los casi 3.000 fans hispalenses que se desplazaron a Múnich intercambiaban cánticos.
Superado el primer envite del Bayern, el Sevilla se estiró. Salió de su área y comenzó a buscar cómo quebrar el entramado defensivo del equipo de Heynckes, que afrontó el duelo con todo su arsenal.
Como el pasado fin de semana, cuando los germanos conquistaron su sexta Bundesliga consecutiva, Ribéry y Robben formaron en un once inicial que también contó con Rafinha en el lateral izquierdo y con el español Javi Martínez en el mediocampo.
En el del Sevilla, Banega volvió a llevar la manija tras su ausencia en la ida por sanción. Agradecieron el regreso del argentino Franco Vázquez y N’Zonzi, los encargados de generar las ocasiones más claras de los de Montella.
Pero ni Sarabia -que reclamó un posible penal por mano-, ni Correa ni Escudero acertaron con el arco.
«Hicimos un buen partido, hemos tenido equilibrio y ocasiones, aunque no clarísimas, pero nos ha faltado un gol en el primer tiempo», resumió un Montella «orgulloso de la personalidad y el ánimo» de su equipo.
Tampoco acertó Ribéry en un disparo que llevaba veneno y Soria desvió magistralmente con una mano. Minutos más tarde, el delantero francés también vio cómo Jesús Navas se cruzaba en su camino hacia el arco para desbaratar una gran contra de los de Heynckes.
El empate sin goles al descanso no le servía a un Sevilla, que oyó al Allianz festejar los tantos de la Juventus ante el Real Madrid y recordó que para protagonizar otra gran sorpresa tenía que marcar.
Pero su producción ofensiva en el segundo parcial fue menor que en la primera parte y sólo cuando Correa cabeceó al palo y Banega enlazó un disparo que salió rozando el sueño de la remontada revivió.
Se quedó en eso. Pese al incansable aliento de su hinchada, los andaluces apenas volvieron a inquietar a un Bayern incapaz de marcar en las diversas chances que tuvo pero sobrio defensivamente.
En los minutos finales, Heynckes dio descanso a Ribéry, Lewandowski y Rafinha, mientras que los cambios de Montella tampoco mejoraron a un Sevilla que buscó su enésima gesta europea y acabó el choque con diez hombres por la expulsión de Correa con roja directa en el añadido.
Mientras los hinchas del Bayern ya festejaban, el argentino hizo una dura entrada a Javi Martínez y afeó un partido pulcro por lo demás.
Por Noelia Román (dpa)