Existen varios tipos de cableados y conectores de fibra óptica disponibles en el mercado, y saber elegir correctamente puede ahorrarnos bastante.
Si tenemos en cuenta que los servicios de banda ancha cada vez son superiores y más baratos, disponer de una buena conectividad dentro de nuestras instalaciones empieza a ser un aspecto fundamental para el correcto desempeño de nuestras labores. Es por ello necesario pensar qué componentes serán fundamentales para tener una correcta instalación de cableado de telecomunicaciones y como así, poder sustentar toda la infraestructura de manera solvente.
Históricamente la mayoría de las instalaciones (salvo casos de empresas muy grandes), se han consolidado en un sistema muy básico y deficiente: Utilizando cableado UTP o FTP exclusivamente, dando servicio a todos los puestos de trabajo, sin importar la distancia que este cableado tuviera que recorrer, e incluso, utilizando este tipo de cableado, en casos de larga distancia en el que a veces, se ha tenido que dar cobertura a varias plantas y edificios.
Esto viene haciéndose desde hace más de 15 años de manera sistemática, y parece que muchas veces, los encargados de hacer este tipo de instalaciones, no se han dado cuenta, que la conexión de Internet llega a ser superior a la conectividad interna de nuestra empresa. Esto quizá ocurre, porque hace una década esto era impensable que pudiera llegar a pasar; cuando el mínimo que se despachaba en conectividad de red local, eran 100 Mb/s y las conexiones a Internet apenas empezaban a alcanzar una décima parte de esto.
Pero hoy la ecuación se ha invertido: Prácticamente todos los proveedores triplican o quintuplican el mínimo de esos 100 Mb/s en conectividad a Internet, y en cambio aún es posible ver equipos que siguen estancados en esa conectividad de 100 Mb/s, ya no solo por la antigüedad de la tarjeta de red, sino por un cableado UTP-5 que apenas alcanza una tasa superior a esa, o la escasa distancia que soportan este tipo de entramados.
Hoy en día, todo el mundo conoce la fibra óptica por una sencilla razón: Es el sistema que más tasa de transferencia y rendimiento ofrece cuando hablamos de telecomunicaciones cableadas. Su uso es ya tan distendido, que es posible aplicar esta tecnología incluso directamente a la roseta del puesto para obtener la máxima velocidad posible.
¿Qué opciones de Fibra Óptica existen hoy en el mercado?
Si recordamos antiguamente cuando hablábamos de una velocidad de 10 Mb/s en Internet la velocidad de conexión en la red interna de la empresa solía estar entorno a los 100 Mb/s o superior. En cambio hoy en día, que ya es posible alcanzar una velocidad de hasta 1Gb/s en Internet, lo más lógico sería que adaptásemos las comunicaciones para alcanzar mínimo ese 1Gb/s de manera solvente, o pensando en un futuro, para tener ancho de sobra para las actualizaciones del mañana, hasta 10Gb/s.
Esto es importante, dado que ahora, hay que elegir el tipo de cableado con más cautela que antes, si no se producirá un decremento significativo en la calidad de la señal, en función de una serie de parámetros que veremos a continuación
En primer lugar debemos dividir la fibra óptica en sus dos vertientes:
-Monomodo: Este suele ser el tipo de fibra óptica ideal para largas distancias. La peculiaridad que tiene es que el haz de luz viaja de manera recta sin rebotes en la superficie del interior, por un conducto muy estrecho. Generalmente este tipo de fibra óptica se suele utilizar para interconectar diferentes edificios de manera óptima o para interconectar varias plantas sin puntos intermedios de distribución. Podemos alcanzar hasta kilómetro de distancia sin perder esos 10Gb/s que hablábamos antes, algo que es totalmente imposible con otro tipo de tecnologías.
-Multimodo: Este es el tipo más común, dado que es el que nos ofrecen las operadoras en nuestras conexiones de fibra óptica caseras. El haz de luz va rebotando dentro del cable y esto provoca que la distancia total sea muy inferior sin exponer la calidad de la señal.
¿Qué hay que tener en cuenta para elegir mejor?
Tenemos que decir, que en el fondo, la ecuación para elegir el tipo de fibra óptica a instalar es muy sencilla:
1.Hay que analizar si dispondremos o no, de armarios murales intermedios para redistribuir la señal.
2.También tenemos que tener presente, en el caso que tengamos que lanzar el cable de punto a punto, qué distancia exacta será la que el cable necesitará para llegar a su destino sin pérdidas.
Generalmente cuando tratamos de fibra óptica, lo más común son los cableados de tipo OM1 y OM2, y hay que tener en cuenta que para alcanzar esos 10Gb/s no debemos sobrepasar los 30 y 80 metros respectivamente, con lo cual, en el caso que la distancia supere esta cifra, es muy recomendable barajar otras alternativas de fibra, como la Fibra Multimodo, instalando un panel de fibra óptica acorde en nuestro armario, o de lo contrario, invertir algo más de dinero, en las versiones OM3 y OM4 de fibra multimodo que permiten distancias algo más grandes y que aun así, no son necesariamente más recomendables, dada la importante bajada de precio de la fibra multimodo en esta última década.