Madrid/Kiel, 25 mar (dpa) – La Policía alemana arrestó hoy al ex presidente catalán Carles Puigdemont después de que cruzara en coche la frontera desde Dinamarca para regresar a Bélgica, respondiendo así a la orden europea de detención activada por España el viernes.
El líder independentista fue interceptado a las 11:19 horas (9:19 GMT) cerca de la autopista A7 cuando viajaba hacia el sur tras ingresar en Alemania por la frontera norte, confirmó hoy a la agencia dpa la Policía en la ciudad de Kiel.
La noticia había sido adelantada por el abogado de Puigdemont, Jaume Alonso Cuevillas, según el cual el ex presidente «se dirigía a Bélgica para ponerse como siempre a disposición de la Justicia». Puigdemont se encuentra en una comisaría y recibió «un trato correcto» en todo momento, añadió el letrado.
Las autoridades españolas comenzaron a trabajar con la Fiscalía alemana y con Eurojust, órgano de la Unión Europea (UE) responsable de la cooperación judicial entre los países miembros, para ofrecer la documentación necesaria para hacer efectiva la euroorden.
La situación indignó al independentismo catalán, que volvió denunciar el «autoritarismo» de España. «España no garantiza un juicio justo, solo venganza y represión», escribió en Twitter Elsa Artadi, portavoz de la plataforma Junts per Catalunya (JxCat) de Puigdemont.
Mireia Boya, ex diputada del partido soberanista y antisistema Candidatura de Unidad Popular (CUP), planteó en la misma red social: «Ahora se verá si la Unión Europea avala la vulneración de derechos fundamentales por parte del Estado español».
Por el contrario Albert Rivera, líder del partido antiindependentista Ciudadanos, celebró el fin de «la huida del golpista». «Intentar destruir una democracia europea, saltarse las leyes democráticas, romper la convivencia o malversar dinero público para ello no puede gozar de impunidad».
La aparición del principal responsable del plan independentista que abrió una crisis institucional sin precedentes en España pone fin a dos días de misterio sobre su paradero desde que el Tribunal Supremo en Madrid reactivara el viernes una orden de captura contra él y contra otros cinco independentistas huidos de España.
El pedido de captura sorprendió a Puigdemont en Helsinki, a donde había viajado el jueves para mantener reuniones en el Parlamento finlandés y ofrecer una conferencia en la universidad.
Su regreso a Bruselas estaba previsto el sábado, pero a última hora se supo que había abandonado Finlandia ya el viernes por la noche y por medios desconocidos. Desde entonces se ignoraba su ubicación, como aseguró hoy su propio abogado antes de que se conociera su detención en Alemania.
La revista alemana «Focus» aseguró que los servicios de Inteligencia españoles sí conocían la ubicación de Puigdemont y que dieron el aviso a la Policía alemana en cuando ingresó en el país.
Fuentes de la Seguridad de Estado citadas en la prensa española confirmaron que Puigdemont estaba bajo control desde su salida de Finlandia y que se analizó su arresto en Dinamarca, pero esta opción se descartó al saber que el independentista pasaría por Alemania.
Este país es uno de los que mantiene mejores relaciones de cooperación policial con España e incluye en su código penal delitos equiparables al de rebelión que se imputa a Puigdemont. Su arresto en Alemania plantea por eso al independentista un problema mayor que si hubiese ocurrido en Bélgica.
Puigdemont vive en Bruselas desde hace casi cinco meses, cuando abandonó España tras ser destituido por el Gobierno central debido al plan independentista en Cataluña que culminó el 27 de octubre con el Parlamento regional aprobando crear una república.
El ex presidente catalán está procesado por un delito de rebelión agravada, castigado con hasta 30 años de cárcel, vinculado a ese proceso. Un total de 25 de los 28 investigados por el plan soberanista fueron procesados el viernes por diversos cargos y quedaron así a un paso de ser juzgados.
El abogado Jaume Alonso Cuevillas insistió en que Puigdemont «no ha huido nunca de la Justicia española». El sábado había afirmado ya que regresaría a Bruselas y que seguiría «como siempre a disposición de la Justicia belga, donde tiene fijada su residencia».