Santiago de Chile, 23 mar (dpa) – La selección de fútbol de Chile buscará iniciar mañana una etapa de reconstrucción tras quedarse fuera del Mundial de Rusia, pero los problemas y tensiones lejos están de terminar para «La Roja».
El nuevo entrenador del equipo, el colombiano Reinaldo Rueda, decidió convocar a algunos de los históricos y a nuevos jugadores para los amistosos que disputará ante Suecia, el sábado, y Dinamarca, el martes. Sin embargo, la lista disparó ya algunas polémicas.
El último problema lo desencadenó el propio capitán del cuadro bicampeón de la Copa América, el portero Claudio Bravo, quien rechazó el llamado de Rueda para los amistosos.
El arquero del Manchester City se molestó con los dirigentes de la Asociación Nacional de Fútbol (ANFP) de Chile porque el técnico lo llamó a la selección a pesar de que había manifestado con antelación que prescindieran de él para estos partidos.
Además, criticó a Arturo Salah, el presidente de la ANFP, a quien acusó de haber frenado el nombre que propuso para entrenador de arqueros, Julio Rodríguez, un amigo suyo y que lo conoce desde su época en el Colo Colo, el club donde se formó. El dirigente le respondió que en la selección no hay privilegios para nadie.
Bravo redobló la apuesta y comparó a Salah con Sergio Jadue, el anterior presidente de la ANFP, quien se encuentra en Estados Unidos a la espera de un fallo de la justicia norteamericana tras ser acusado de corrupción.
«Jadue hizo lo que hizo, que, claramente, no estuvo nada bien, pero en la interna siempre estuvo con nosotros (…) era muy cercano a nosotros, cosa que al proceso le hizo bien. Ahora el presidente (Salah) cuando hay foto está, sino no. Jamás desayuna o come con nosotros, no comparte», criticó el portero de 34 años.
Y mientras Bravo descansa en Chile, el plantel de la «Roja» entrena para medirse el sábado a Suecia en Estocolmo, desde donde el delantero Alexis Sánchez formuló esta semana un llamado a su compañero.
«Como grupo tenemos que conversar. Nadie está enojado con él. Tenemos que decirnos las cosas a la cara. Queremos sentarnos a hablar con él, están las puertas abiertas, sabemos que es el capitán, nos ha dado muchos triunfos y levantado muchas copas», dijo el delantero del Manchester United, quien actuó como vocero del grupo.
La conversación está pendiente desde que Chile jugó en octubre su último partido por las eliminatorias sudamericanas, oportunidad en la que cayó 3-0 de visita ante Brasil, resultado que lo dejó fuera de Rusia 2018.
Tras la debacle quedó instalada la polémica con recriminaciones y acusaciones que apuntaron principalmente a Arturo Vidal, el volante que junto a Sánchez y Bravo son tres de los máximos referentes de la llamada «generación dorada» del fútbol chileno.
Fue justamente la esposa de Bravo, Carla Pardo, la que en su cuenta de Instagram disparó sin dar nombres que mientras la mayoría de los jugadores del plantel entrenaban normalmente otros se iban de fiesta y volvían borrachos durante las eliminatorias.
Más tarde se sumó a las críticas Pilar Lizana, la madre de Pardo y suegra del arquero: «Todo el mundo sabe que él (Arturo Vidal) llegaba ‘curao’ (borracho) a las concentraciones», dijo entonces la mujer en entrevistas que ofreció en esa oportunidad a cuanto canal de televisión quisiera hablarle.
A partir de allí, la relación al interior de la «Roja» quedó seriamente deteriorada, asunto que Rueda intentó superar al juntar para estos partidos amistosos a los jugadores para que también conversaran y aclarasen la situación.
Sin embargo, todo ha quedado igual tras la decisión de Bravo de marginarse de la convocatoria. La pregunta que ronda ahora es si el portero volverá a la selección o si esta es su despedida definitiva.
Por Carlos Dorat (dpa)