Austin, 21 mar (dpa) – El presunto responsable de los atentados con paquetes bomba en Austin, Texas, se voló por los aires durante una persecución policial, mientras que las autoridades advirtieron que podría haber más paquetes explosivos circulando.
Al fallecido, un hombre blanco de 23 años identificado como Mark A Conditt, se le responsabiliza de seis ataques que dejaron dos muertos y varios heridos desde principios de marzo en el estado norteamericano, en el sur del país.
El jefe Policía de Austin, Brian Manley, confirmó hoy la muerte del sospechoso.
Los investigadores identificaron al presunto atacante a través de imágenes de las cámaras de seguridad de una tienda de mensajería. Un equipo especial se desplazó hasta un hotel de Round Rock, cerca de Austin, y lo localizó en el estacionamiento de vehículos.
Mientras los efectivos aguardaban la llegada de refuerzos, el sospechoso huyó en automóvil. Durante la persecución, fue rodeado por las fuerzas de seguridad y detonó un explosivo dentro de su vehículo mientras se aproximaban los agentes especiales.
Los ataques con paquetes bomba mantuvieron atemorizados a los habitantes de Texas durante tres semanas. La Policía no tiene dudas de que el fallecido es responsable de la serie de ataques. «Creemos que ese individuo es responsable de todos los incidentes en Austin», dijo Manley.
La Policía sigue sin saber cuál pudo ser su motivación o si tuvo cómplices.
El ex jefe de Conditt le describió como «muy tranquilo e introvertido», según el canal KVUE, perteneciente a ABC. Antes de ser despedido trabajaba para Crux Manufacturing, un fabricante de semiconductores. Era el mayor de cuatro hijos y en parte fue educado en casa antes de acudir al instituto.
En la explosión de tres paquetes bomba en la capital texana murieron dos personas y otras dos resultaron gravemente heridas. La noche del lunes estalló una cuarta bomba al borde de la carretera en una zona residencal. El «modus operandi» era diferente en este caso: dos ciclistas que pasaban por la zona pisaron un cable trampa y resultaron heridos.
El martes siguió la misteriosa serie: en primer lugar explotó un paquete en una filial de una empresa logística cerca de San Antonio y por la noche se localizó otro paquete en un centro de envíos que contenía un explosivo no detonado.
Los investigadores se pusieron tras la pista del sospechoso 48 horas antes de la persecución en la que este se suicidó. Se averiguó que el hombre compró algunos de los componentes de las bombas poco antes de los ataques, según informaron fuentes policiales en el diario «Austin American Statesman».
El alcalde de Austin, Steve Adler, pidió prudencia a pesar de la muerte del sospechoso. «No sabemos qué hizo en las últimas 24 horas», señaló. Los investigadores acordonaron varios edificios en el vecindario en el que vivía Contitt, según el diario «Austin Statesman».
El Departamento de Policía de Austin pidió en Twitter al público que se mantenga alerta e informe cualquier cosa sospechosa. «Si encuentra algo sospechoso, NO lo toque, mueva o altere. Mantenga una distancia segura y llame al 9-1-1 inmediatamente», advirtió en un mensaje en español.
Aun así, el alcalde de la localidad estadounidense se mostró aliviado. «Todos nos mostramos unidos. Todo el mundo dio todo de sí», dijo a la CNN.
El presidente estadounidense, Donald Trump, felicitó a la Policía de Austin. «EL SOSPECHOSO DE LAS BOMBAS DE AUSTIN ESTÁ MUERTO. Buen trabajo por parte de las fuerzas de la ley y todos los implicados», tuiteó. En el operativo participaron más de 500 agentes en Austin.