Río de Janeiro, 19 mar (dpa) – El pasado miércoles por la noche, la concejala Marielle Franco y su chofer, Anderson Gomes, fueron asesinados en el centro de Río de Janeiro tras ser baleados desde un auto que se colocó a la par del que iban ellos.
El episodio generó una enorme conmoción en Brasil y se llevaron a cabo multitudinarias manifestaciones en diversas ciudades del país. A seis días del asesinato, dpa enumera las claves de la investigación que se está realizando para determinar los responsables del homicidio.
1. Las balas
Dos días después del asesinato, se supo que las 13 balas usadas por los criminales pertenecían al lote UZZ-18, que la Policía Federal de Brasilia (PF) compró a la Compañía Brasileña de Cartuchos (CBC) el 29 de diciembre de 2006.
Balas de ese mismo lote, compuesto de casi dos millones de cartuchos que se dividieron entre las Policías de varios estados, habían sido usadas en 2015 en Sao Paulo, en una matanza de 17 personas por la que fueron condenados tres policías militares y un guardia civil, y en tiroteos entre facciones criminales del estado de Río de Janeiro entre 2015 y 2017.
Raúl Jungmann, ministro de Seguridad Pública de Brasil, explicó el viernes, una vez conocido el origen de las balas, que varias municiones de ese lote habían sido robadas de la Policía hace muchos años.
Según su versión, una parte de las balas, que debían ser entregadas a la policía local, fueron sustraídas de la empresa pública de correos en Paraíba, en el noreste del país, en una fecha no precisada. Otra parte, de acuerdo al ministro, fue desviada en 2007 por un escribano (notario) en Río de Janeiro hacia bandas criminales.
Ambos hechos fueron desmentidos. El sábado, Guilherme Campos Junior, presidente de la empresa de correos, dijo no saber de ningún robo de balas sucedido en Paraíba. El domingo, Claudio de Souza Coelho, el escribano acusado en Río, manifestó: «Esto es una mentira total, un absurdo».
Luego de las desmentidas, Jungmann hoy emitió un comunicado en el que explica que los casos mencionados no estaban asociados directamente al crimen y que fueron utilizados por él «como ejemplos de munición extraviada que acaba en manos de criminales».
2. Los coches
Según filmaciones obtenidas de cámaras de seguridad, dos vehículos habrían seguido al coche en el que iba Marielle Franco al momento de su asesinato. Desde uno de los carros sospechosos partieron las balas que mataron a la concejala y a su chofer.
El coche desde el que se disparó es un Chevrolet Cobalt. La Policía ya sabe el número de patente, aunque ésta estaba clonada. El otro vehículo, que habría servido como apoyo en el crimen, es un Renault Logan.
El domingo, a partir de una llamada anónima, fue encontrado un Logan con patente de Río de Janeiro en la ciudad de Ubá, a 300 kilómetros de distancia. En un principio, se creyó que el coche podía haber participado en el episodio, pero las pericias efectuadas por la Policía no arrojaron indicios de ello, según anunció hoy el comisario Gutemberg Souza Filho.
3. La modalidad
Si bien la investigación se está llevando a cabo en forma reservada, la principal -y casi única- hipótesis que se maneja es que el asesinato fue una ejecución, con una pístola 9 milímetros y disparos ejecutados a una distancia de 2 metros.
Esto se debe entre otras cosas a que los criminales huyeron luego de perpetrado el homicidio sin intentar robar ninguna pertenencia. La Policía cree, además, que los asesinos conocían exactamente el sitio del vehículo en el que iba sentada la concejala y que apuntaron directamente a ella, matando también a su chofer.
4. Los testigos
Una de las testigos más importantes es una asesora de la política, que también iba en el coche y resultó herida. Después de prestar testimonio a la Policía, según informó el diario «O Globo», decidió abandonar Río de Janeiro por razones de seguridad.
Los encargados de la investigación además escucharon a varios testigos que estaban en la zona del hecho y habilitaron una línea telefónica para quien tuviese información de utilidad. Hasta el sábado por la noche ya se habían recibido 27 llamadas.
5. Los responsables de la investigación
La Delegación de Homicidios de la Capital, perteneciente a la Policía Civil de Río de Janeiro (PC), está a cargo del caso. Sin embargo, debido a la intervención federal del estado, decretada por el presidente Michel Temer hace poco más de un mes, el Ejército se encarga de la seguridad pública de la región y, como tal, puede supervisar o incluso comandar la actuación de la PC.
El Consejo Nacional del Ministerio Público informó el jueves que Raquel Dodge, fiscal general de la República, analizaba pedir la federalización del caso, lo que por ahora no sucedió.
Por Fernando Duclos (dpa)