Río de Janeiro, 6 mar (dpa) – Un juez del Tribunal Supremo de Brasil ordenó levantar el secreto bancario del presidente Michel Temer en el marco de una de las investigaciones por corrupción contra el mandatario, según informaron hoy varios medios brasileños.
El caso está vinculado con un decreto de Gobierno que benefició a una empresa que opera en el puerto de Santos, en el estado de Sao Paulo, y por el que se investiga el posible pago de sobornos.
Temer está siendo investigado desde el año pasado por corrupción en varios casos y fue imputado incluso dos veces formalmente por la fiscalía, pero el Congreso se negó a levantar su inmunidad para permitir que sea juzgado.
Se trata de la primera vez que se levanta el secreto bancario de un presidente en ejercicio por orden judicial, según el diario «Folha de Sao Paulo». La información sobre la medida dictada por el juez del Supremo Tribunal Federal (STF) Luís Roberto Barroso había sido adelantada el lunes por la revista «Veja».
La presidencia reaccionó en la noche asegurando que colaborará con la investigación y que pedirá al Banco Central la publicación de los extractos bancarios relacionados con el periodo en cuestión.
Temer «dará a la prensa total acceso a esos documentos. El presidente no tiene ninguna preocupación con las informaciones respecto a sus cuentas bancarias», aseguró el Palacio de Planalto en un comunicado.
El periodo para el cual será el secreto bancario va de enero de 2013 a junio de 2017, según «Folha».
La investigación sobre una posible trama corrupta para beneficiar a la empresa Rodrimar en el puerto de Santos fue abierta en septiembre de 2017 en base a denuncias del empresario Joesley Batista, que ocasionó el año pasado una grave crisis política en el gigante sudamericano al acusar a Temer ante la Justicia.
Entre otras pruebas, Batista presentó una grabación hecha a escondidas de una conversación suya con Temer, en la que éste último parecía avalar el pago de sobornos.
El presidente está rodeado desde hace tiempo por sospechas de corrupción. Las dos imputaciones formales del año pasado por cargos de corrupción y lavado de activos, entre otros, condujeron a sendas mociones sobre un posible proceso de destitución («impeachment») en el Congreso.
Ambas fracasaron debido a los amplios apoyos parlamentarios de los que dispone el líder del conservador Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) en la Cámara baja.
La semana pasada otro juez del Supremo, Edson Fachin, autorizó que Temer sea incluido en otra investigación relacionada con la constructora brasileña Odebrecht, implicada en varios escándalos de corrupción en toda América Latina.
Temer rechaza todas las acusaciones y descarta renunciar a su cargo. Una nueva denuncia de la fiscalía o un proceso de destitución similar al que sacó de la presidencia a Dilma Rousseff en 2016 son considerados como muy improbables en lo que le queda de mandato a Temer.
Se espera que la Justicia impulse los casos después de que el mandatario haya dejado el cargo el 31 de diciembre de este año, cuando termine el mandato para el que fue originalmente reelegida Rousseff en 2014. Las elecciones presidenciales están previstas para octubre.