Londres, 2 mar (dpa) – Poco antes de su cumpleaños número 50 este viernes, el actor Daniel Craig experimentó lo que significa envejecer: tras su breve aparición en la entrega de los premios BAFTA -los principales del cine británico-, los medios y fans se cebaron con su aspecto.
Más canas en el pelo, el rostro algo hinchado, la piel pálida… Craig estaba «irreconocible», consideraba el diario sensacionalista «Daily Mail». Antes de su próximo trabajo en la piel del agente secreto James Bond, el actor no parece estar en la mejor forma.
Es bien sabido que eso es precisamente lo que más molesta al actor británico del papel de su vida: «Me saca de quicio», dijo en una entrevista a la revista «Time Out» en 2015. «Actuar es mejor cuando uno no tiene que preocuparse de su aspecto exterior. Y Bond es todo lo contrario».
La carrera de Craig empezó en 1992 al lado de Morgan Freeman y Armin Mueller-Stahl en el drama «The Power of One». A mediados de los años 90 causó sensación con su pelo largo en la serie de la BBC «Our friends In The North» y en la Berlinale del año 2000 fue reconocido como el mejor artista emergente.
Pero el actor nacido el 2 de marzo de 1968 en Chester no llegó al gran público hasta su aparición en cintas como «Lara Croft: Tomb Raider», junto a Angelina Jolie; «Road To Perdition», con Tom Hanks y Paul Newman o como actor protagonista del thriller «Layer Cake», en el que ya se reconocía algo del estilo que imprimiría a James Bond. Poco después se convirtió en el agente secreto 007.
La entrevista con «Time Out», que concedió directamente después del rodaje de su hasta entonces última aventura en la piel del 007, «Spectre», marcó el inicio de meses de especulaciones sobre un posible sucesor para el papel, desatadas por una broma sarcástica del propio actor.
Cuando le preguntaron si podía imaginarse volver a rodar una película de la saga, su respuesta fue rotunda: «¿Ahora? Preferiría romper este vaso y cortarme las venas», bromeó. Sus palabras fueron citadas en innumerables variantes en todo el mundo, pero fuera de contexto. Craig lamentó la frase, según dijo después.
No era la primera vez que Craig tenía malas experiencias con los medios. Tras ser presentado en 2005 como el nuevo James Bond, la prensa británica se burlaba de él al considerarlo «demasiado bajito» y «demasiado rubio». Sin embargo, sus predecesores como Sean Connery y Pierce Brosnan lo defendieron públicamente.
Pese a las críticas, le bastó su primer trabajo como 007 en «Casino Royale» (2006) para convencer a la crítica y a los fans, pero con los medios su relación era tensa y parecía querer evitar citas oficiales con la prensa. Tras su aparición como el ladrón de bancos Joe Bang, teñido de rubio y barriobajero, dejó las entrevistas en manos de otros.
Daniel Wroughton Craig, como versa su nombre completo, ha mantenido también su vida privada lejos del foco mediático. De vez en cuando se lo ve en la tribuna de su equipo de fútbol favorito, el FC Liverpool, o en el torneo de rugby Six Nations en Roma. Si no, apenas realiza apariciones públicas. Vive entre Londres y Nueva York con su mujer, la oscarizada Rachel Weisz.
Como tarde el próximo año volverá sin embargo a ser objetivo de los focos: la entrega número 25 de la saga James Bond, aún sin título, llegará a los cines en noviembre de 2019. Para el actor es la quinta y quizá última película como agente 007. «Creo que entonces habrá terminado», dijo el pasado agosto en el talkshow de Stephen Colbert. «Me despediré en la cumbre».
El rodaje podría empezar este mismo año. Hasta entonces tendrá que ponerse en forma, aunque lo saque de quicio.
Por Philip Dethlefs (dpa)