Parkland (EEUU), 28 feb (dpa) – «No los olvidamos», dijo a dpa Angie González, una de los miles de estudiantes que hoy regresaron, en medio de un mar de flores, abrazos y particulares acompañantes, como «Jelly» la cabra, a la escuela secundaria en donde un tiroteo hace dos semanas dejó 17 muertos.
Marjory Stoneman Douglas (MSD) no será nunca más la misma escuela. El pasado 14 de febrero, un ex alumno, Nikolas Cruz, de 19 años, abrió fuego en uno de sus edificios trayendo consigo, además de muerte, un gran dolor para la ciudad de poco más de 23.000 habitantes.
«No tenemos otra opción que seguir adelante. Estamos tristes pero queremos que esto se convierta en un cambio definitivo para evitar que otros pasen por lo mismo. Nos queda entrar y volver de alguna forma a nuestra rutina», agregó González, de 17 años.
Era el Día de San Valentín y muchos ya se disponían a regresar a sus casas cuando Cruz disparó un fusil AR-15 en lo que se convertiría en el más reciente tiroteo de la historia de Estados Unidos, un país azotado decenas de veces por masacres similares.
Han transcurrido 14 días pero el dolor y la tristeza siguen latentes en un ambiente en el que todavía rondan las preguntas y la impotencia.
En medio de lágrimas, una de las madres, Marlen Marin, dijo sentirse «muy triste por esas vidas que se apagaron». «Mi mente está con esos 17 padres y madres que perdieron a sus hijos. No puede existir explicación para entender por qué», señaló.
Los más de 3.200 alumnos de MSD que hace dos semanas evacuaron con desconcierto y miedo las instalaciones regresaron este miércoles con expectativa tras lo sucedido. Esta semana, el horario será flexible y el reencuentro entre estudiantes y profesores se basará en reafirmar los lazos y honrar a quienes ya no están.
Cientos de niños y jóvenes de entre 14 y 18 años entraron caminando a la escuela y fueron fuertemente custodiados por policías de varias ciudades de Broward, condado al que pertenece Parkland. Un padre entregó flores a cada uno con el fin de manifestarles su respaldo.
Otro tanto ingresó pacientemente en una larga fila de autos con el mensaje «Nunca más» en sus vidrios. «¡Hola! Bienvenido de regreso, estoy feliz de verte de nuevo», fue la frase pronunciada por uno de los consejeros estudiantiles ubicados en las entradas.
El rector de la institución, Ty Thompson, se encargó personalmente de recibir con abrazos y mensajes positivos a sus alumnos. «Sé el cambio que quieres ver en el mundo», se leyó en un aviso instalado justo en la entrada al campus.
Un burro, dos ponys y «Jelly» la cabra llamaron la atención de los estudiantes. Decenas se acercaron a acariciar a los animales, que viajaron desde un rancho cercano «solamente para decirles a todos estos chicos: estamos con ustedes».
«Los animales son una terapia para cualquiera y quisimos estar presentes con ellos aquí. Tener amor en medio de la tragedia es un gran alivio. ‘Jelly’ y ‘Joan (un burro)’ están dispuestos a darlo a todos ellos. ¡Bienvenidos de regreso!», dijo Jakkie Thomas, dueña de los animales al sostener un aviso que decía «Besos gratis».
Otra mujer se encargó de abrazar y dar aliento a los policías que estaban presentes en medio de las críticas que han recibido después de que se conociera que el oficial encargado de la seguridad del MSD el día de la tragedia no actuó como debía.
El superintendente de escuelas públicas de Broward, Robert Runcie, se mostró confiado en que «éste sea un comienzo para lograr que la esperanza, compasión y el amor de apoderen de los corazones de todos los que han sufrido con ésto».
Además, instó a los jóvenes «a seguir liderando el camino del cambio».
El movimiento «Marcha por nuestras vidas», creado por varios sobrevivientes de la masacre, ya cuenta con más de tres millones de dólares de fondos para una marcha nacional convocada para el próximo 24 de marzo, que busca una reforma en la legislación que permite el uso de armas en el país.
Por Tatiana Rodríguez (dpa)