Río de Janeiro, 19 feb (dpa) – Luego del motín que se desató este domingo en un cárcel del estado de Río de Janeiro, todas las prisiones de la región se mantienen hoy en alerta máxima, ante la posibilidad de que se produzcan nuevas rebeliones.
El motín en la cárcel de Japeri, en la región metropolitana de Río, comenzó el domingo por la tarde y culminó esta madrugada (local), luego de una larga negociación entre los cabecillas de la rebelión y un comando de élite de la policía local.
Durante la revuelta tres detenidos fueron heridos de bala. Además, por varias horas, 18 personas fueron mantenidas como rehenes y, una vez terminado el motín, liberados.
Luego de sofocada la rebelión, en una reunión entre autoridades estatales y de la Policía, se discutió la posibilidad de reforzar la vigilancia en varias prisiones del estado. Según publicó el diario «O Globo», los servicios de inteligencia evalúan que en por lo menos 12 cárceles de la zona las condiciones son «críticas» y podrían esperarse nuevas revueltas.
Incluso, antes del motín de Japeri, la Secretaría de Administración Penitenciaria (SEAP) ya había declarado el alerta máxima en 54 cárceles del estado, debido a la latente posibilidad de represalias por parte de los presos luego de que el presidente Michel Temer decretase la intervención federal en Río.
El pasado viernes, Temer firmó un decreto de inmediata aplicación que autoriza a las Fuerzas Armadas a asumir el control de la seguridad pública en Río de Janeiro, a raíz de la escalada de violencia que se vive en esta región. Fue la primera vez que un Gobierno brasileño utilizó esta figura, invocada en la Constitución de 1988 para ser aplicada en situaciones límite.
Torquato Jardim, ministro de Justicia, manifestó hoy: «La rebelión estaba prevista. Es natural que haya un desafío en estos primeros momentos de intervención y que el crimen organizado pruebe la capacidad de operación de nuestras fuerzas».