Berlín, 17 feb (dpa) – Con «Dovlatov», basada en la vida del escritor Sergei Dovlatov, quien migró de Rusia a Estados Unidos en tiempos de la Unión Soviética, y «Transit», del alemán Christian Petzold, que adapta a la actualidad la historia de un hombre que escapa da la Francia asediada por los nazis, la competición de la Berlinale adquirió hoy su característico tinte político.
Considerado uno de los más grandes escritores rusos de la segunda mitad del siglo XX, Dovlatov (interpretado por el serbio Milan Maric), autor de novelas como “Retiro”, murió en Estados Unidos en 1990, a donde había migrado a fines de los 70 ante la imposibilidad de publicar sus novelas y cuentos en la Unión Soviética (URSS).
«Creo que hoy en día hay una idea de que Rusia es la segunda Corea del Norte», dijo con ironía el director y coguionista del film, el ruso Alexei German Jr., al presentarlo en la Berlinale. «Esta película no está prohibida de ninguna manera, tuvimos todas las libertades para rodarla y la verdad es que no sufrimos ninguna censura», contestó al ser preguntado sobre si reflejaba su vida.
Ambientada en Leningrado a principios de los 70, «Dovlatov» recrea la vida cultural rusa de la época, con sus artistas limitados por las numerosas restricciones de los organismos oficiales, buscando conseguir novelas de Ernest Hemingway o Vladimir Nabokov en el mercado negro y tratando de escuchar jazz en reuniones privadas.
A Dovlatov, por ejemplo, sus editores le criticaban la ironía y le pedían, según la película, que en vez de meterse con la realidad escribiera sobre «cosas claras y positivas».
“Por supuesto que en Rusia hay temas que me inquietan y hablo de ellos públicamente, pero por otra parte no hay hoy en Rusia censura total como la había antes en la URSS. Si no, no podríamos estar sentados hoy acá», dijo el director, un poco molesto, ante la insistencia de los periodistas en comparar la situación de la URSS con la Rusia actual de Vladimir Putin.
El cineasta reconoció, sin embargo, que la censura que refleja la película sí fue vivida en carne propia por su padre, el también cineasta ruso Alexei Yuievich German, una de cuyas películas estuvo prohibida incluso durante 15 años. “Recuerdo como mi padre escondía las copias de sus filmes bajo la cama, que muchas personas no tenían oportunidades en el cine porque eran judías. Pero eso ya no pasa», dijo el ganador del León de Plata al mejor director en 2008 por «Paper Soldier».
Por eso, cree que la película puede funcionar como una advertencia para el futuro sobre lo que podría pasar, y añadió: «Occidente entiende muy poco de Rusia, pero los rusos tampoco entienden bien Occidente. Y lamentablemente cada año nos separamos más, y nos escuchamos menos. Creo que es una gran tragedia y que en algún momento podría llevar a la guerra. Vivimos de clichés permanentes».
Por su parte, «Transit», dirigida y escrita por Christian Petzold, se convirtió hoy en la primera película alemana en concurrir por el Oso de Oro en esta edición. Protagonizada por Franz Rogowski («Victoria») y Paula Beer («Frantz») y basada en la novela homónima de la escritora alemana Anna Seghers (1900-1983), traslada a la Francia actual la historia que transcurría originalmente en tiempos de la Segunda Guerra Mundial.
El más reciente film de Petzold –ganador del Oso de Plata al mejor director con «Barbara»- marca, además, el fin de su colaboración con Nina Hoss, la musa de sus últimas películas, entre ellas «Jerichow» (2008), la ya mencionada “Barbara” (2012) y “Phoenix” (2014).
En «Transit», Georg (Rogowski) logra, con las tropas alemanas a las puertas de París, escapar a Marsella a último momento y toma la identidad de un escritor muerto con la intención de huir a México.
Preguntado hoy acerca de las similitudes con la situación actual de los refugiados –Georg quiere huir de Europa a México, contrario al flujo habitual de Latinoamérica a Estados Unidos o Europa-, Petzold se limitó decir que las experiencias como la que muestra la película son las que dieron a Alemania su sistema de asilo, sin explayarse demasiado.
«Siempre hubo movimientos migratorios», dijo en tanto Beer. «No estamos describiendo las corrientes migratorias de hoy, pero eso no quita que la historia se repite y podríamos aprender mucho si miráramos más hacia atrás», añadió.
La competición oficial se completa hoy con «Eva», del francés Benoit Jacquot, en la que la ganadora del Oscar a la mejor actriz del año pasado, la francesa Isabelle Huppert, interpreta a una trabajadora sexual que encandila con su belleza e inteligencia a un joven impostor (Gaspard Ulliel) que busca encontrar inspiración en ella.
Por Astrid Riehn (dpa)