Colonia, 12 feb (dpa) – Con la sátira política como argumento principal arrancó hoy en la ciudad de Colonia el desfile más famoso del Carnaval de Alemania.
Unas 10.000 personas acompañaron a las carrozas que este año, entre otros, se mofaron del presidente estadounidense, Donald Trump, y de la canciller alemana, Angela Merkel, y desde las cuales serán arrojadas unas 300 toneladas de caramelos y chocolatinas.
El desfile, al que asistieron como espectadores más de un millón de personas, se vio empañado por un incidente con un carruaje que causó cuatro heridos que tuvieron que ser trasladados al hospital.
Un año más, los políticos fueron objeto de la burla desenfadada típica del carnaval alemán. No faltó una Merkel caracterizada como reina de la discoteca bailando al son del éxito setentero de los Bee Gees «Staying Alive», en clara alusión a las tensiones vividas por la mandataria en los últimos días tras cerrar un acuerdo de Gobierno con los socialdemócratas.
En los otros dos bastiones de Carnaval de Alemania, Maguncia y Düsseldorf, las imágenes eran muy similares. En Maguncia, en el suroeste del país, Merkel seguía gobernando aunque reconvertida en fósil en una Alemania futurista que trasladaba a los presentes al año 2111.
En Düsseldorf, una ciudad en la que sátira desvergonzada constituye la principal tradición, las mofas se centraron en el presidente estadounidense Donald Trump, que apareció ante la multitud desnudo y aplastado por un oso ruso, en referencia a su presunta vinculación con Moscú para orquestar una campaña «sucia» contra su rival en las elecciones presidenciales Hillary Clinton.
Alemania es un país con gran tradición de carnaval. En la potencia europea, los carnavales más famosos son los que tienen lugar a orillas del río Rin, en especial en Colonia, donde el primer desfile data de 1823.