Seúl, 11 feb (dpa) – Kim Yo-jong, la hermana menor del líder norcoreano, Kim Jong-un, cerró hoy su histórica visita de tres días a Corea del Sur en el marco de los Juegos Olímpicos de invierno y regresó a su país en un vuelo chárter el domingo por la noche junto con la delegación que la acompañaba.
Pese a su total inflexibilidad en lo que respecta al programa nuclear del país, Kim Jong-un invitó al presidente surcoreano, Moon Jae-in, a reunirse con él en Pyongyang durante el encuentro de tres horas que su hermana mantuvo el sábado con el Gobierno del Sur. Moon reaccionó con cautela en vista de que su país exige la renuncia de su vecino a fabricar armas atómicas. «Creemos en el futuro las condiciones para que sea posible», respondió.
Poco antes de partir, Kim Yo-jong, de 30 años y el único miembro de la dinastía que gobierna el país comunista que ha visitado el Sur desde el final de la guerra entre ambas Coreas (1950-53), asistió a un concierto acompañada por Moon y el presidente honorífico de Corea del Norte, Kim Yong-nam, de 90 años.
A los tres se sumaron también otros miembros de la delegación olímpica de Corea del Norte, que asistieron a la actuación de la Orquesta de Samjiyon en el Teatro Nacional de Corea en el centro de Seúl.
Fue el cuarto encuentro entre Moon y la hermana de Kim Jong-un desde su primer saludo durante la ceremonia de inauguración de los Juegos el viernes.
Poco antes del concierto de hoy, el presidente surcoreano afirmó que el encuentro con la influyente Kim Yo-jong fue importante. «Las dos Coreas tienen que cooperar para que este carbón de la reconciliación se convierta en una antorcha», dijo, citado por la agencia Yonhap.
También el presidente Kim Yong-nam se mostró optimista. «Es muy agradable e impactante compartir estos momentos preciosos», indicó. «Regresaré con una nota de esperanza de volver a reunirnos, porque creamos una oportunidad de reunirnos con frecuencia».
Debido a que Kim Jong-un se niega a negociar sobre su programa nuclear, el intento de acercamiento a Corea del Sur es visto por los críticos como un intento de distanciar a Seúl de su aliado Estados Unidos y conseguir algo de flexibilidad en las sanciones económicas internacionales. Washington observa con gran escepticismo la ofensiva de seducción de Kim en Seúl.
Si Moon aceptara pese a todo la invitación y viajara a Corea del Norte, sería la tercera vez que hay una cumbre entre ambos países después de 2000 y 2007.
Como señal de las tensiones, el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, se mantuvo claramente alejado de los visitantes norcoreanos durante la inauguración de los Juegos el viernes y reiteró que Estados Unidos defiende «la máxima presión con sanciones» contra el país estalinista.
Corea del Norte participa en los Juegos de invierno con una delegación de unos 400 miembros, entre ellos 22 atletas y un grupo artístico de 140 integrantes.
Por Dirk Godder y Andreas Landwehr (dpa)