Pyeongchang (Corea del Sur), 11 feb (dpa) – El pequeño apartamento alquilado por la federación de esquí no era precisamente la sala de prensa del Camp Nou, pero Lucas Eguibar, Regino Hernández y Laro Herrero bien podrían presentarse como el tridente del snowboard cross español.
Ninguna otra especialidad tiene tantos representantes españoles en los Juegos Olímpicos de invierno de Pyeongchang. El patinaje artístico cuenta con cuatro competidores, pero dos de ellos participarán en la modalidad por parejas.
El snowboard cross es uno de los eventos en los que el equipo tiene depositadas esperanzas de obtener una medalla, aunque puestos a dejar volar los deseos, en «Casa España» sueñan incluso con dos.
«Por poder…», dijo hoy Hernández en una íntima y acogedora rueda de prensa organizada en los apartamentos sede de la Federación Española de Deportes de Invierno durante los Juegos de Pyeongchang. «No sería la primera vez que llegamos los dos a una final».
Cuando habla de los «dos» el rider se está refiriendo a él y Lucas Eguibar. Juntos fueron subcampeones mundiales por equipos en 2017, mientras que Eguibar se llevó además la plata en individual.
Herrero no cuenta entre los candidatos, pero el snowboard cross es una de los eventos más imprevisibles de los Juegos. Consistente en carreras de entre cinco y seis riders que parten al mismo tiempo, cualquier error propio o ajeno puede dejarte fuera de competición.
«No sería la primera vez que el favorito no pasa ni la primera ronda o que gente que ni se ha oído hablar de ella llega a la final», advirtió Eguibar, abanderado del equipo español.
«En el campeonato del mundo pasó, un neozelandés que nunca había hecho nada quedó quinto. Hay muchas cosas que no se esperan. Es mala suerte para nosotros si te pasa algo después de todo lo que has trabajado, pero por otra parte, para el espectador es muy atractivo», continuó.
Con eso cuenta Herrero, sobre el papel el más débil del trío. «Yo sé que no soy favorito, pero es una modalidad en la que puede pasar de todo, así que voy con cero presión», señaló.
Presión no es lo que transmiten estos tres olímpicos, ninguno de ellos novato en unos Juegos. Y tampoco se respira en el apartamento convertido en sala de prensa: fuera la temperatura está por debajo de los diez grados bajo cero, pero dentro el ambiente es caluroso y en la mesa esperan tortilla de patata y ensaladilla rusa. Nada de kimchi, la federación dirigida por May Peus ha traído su propio cocinero.
Los riders no compiten hasta el jueves, así que ni siquiera han visto aún la pista. Hasta ahora han disfrutado de la inauguración, donde Eguibar fue el abanderado, han jugado a la play station o han ido a ver a Ander Mirambell tirarse por el tobogán de skeleton.
A partir de mañana podrán entrenar, así que llegará el momento de enfocarse en la competición y pensar en cómo derrotar al gran favorito, el francés Pierre Vaultier, actual campeón olímpico y mundial, el hombre que nunca falla en la especialidad en la que más se falla.
«Está ahora mismo un escalón por delante de todos», admitió Hernández. «Él siempre está ahí delante».
«Es muy inteligente, tiene mucha experiencia, es muy listo», agregó Eguibar. «Tenemos suerte de tener una persona así, estoy aprendiendo mucho de él».
Pero además de Vaultier hay otra cosa que preocupa a los españoles: el tiempo. El frío -«algo a lo que nunca nos vamos a acostumbrar», según Eguibar- es un factor importante en una prueba en la que hay que hacer hasta cinco bajadas en una sola jornada si se quiere estar en la final.
Pero el mayor peligro está en el viento. «Si sopla mucho habrá que tener cuidado con los saltos, habrá que tener en cuenta la estrategia. Colocarse bien para que no te dé todo de cara», advirtió Eguibar.
Por Ignacio Naya (dpa)