Washington, 9 feb (dpa) – El senador republicano Marco Rubio, una de las voces a las que más atención presta el presidente Donald Trump en lo que a Venezuela se refiere, alentó hoy al Ejército de ese país a levantarse contra Nicolás Maduro.
«El mundo apoyaría a las Fuerzas Armadas de Venezuela si decidieran proteger al pueblo y restaurar la democracia quitando a un dictador», escribió Rubio en su cuenta de Twitter.
«Los soldados comen de los cubos de basura y sus familias están hambrientas en Venezuela mientras Maduro y sus amigos viven como reyes y bloquean la ayuda humanitaria», añadió.
En varios tuits citó después palabras de Simón Bolívar para justificar un levantamiento militar. «Cuando la tiranía se hace ley, la rebelión es un derecho», escribió en uno.
El senador por Florida, de 46 años y anticastrista de orígen cubano, ha jugado un papel clave en el desarrollo de la política de Trump hacia Venezuela, un país que el mandatario republicano ha situado en el centro de su política hacia América Latina.
Fue el artífice de la reunión que hace un año, el 15 de febrero de 2017, mantuvieron en el Despacho Oval Trump y Lilian Tintori, la esposa del líder opositor venezolano Leopoldo López. También está detrás de las rondas de sanciones que la administración Trump ha ido imponiendo al entorno político de Maduro para presionar para una vuelta a la «senda constitucional» y que alcanzan ya a medio centenar de altos funcionarios venezolanos, incluido el propio mandatario.
Estados Unidos también ha impuesto una ronda de sanciones financieras para ahogar la financiación del Gobierno de Maduro y mantiene sobre la mesa la posibilidad de imponer un embargo petrolero, algo que parece estar más cerca de suceder tras la reciente gira del secretario de Estado, Rex Tillerson, por el Hemisferio Occidental.
Tillerson anunció esta semana que Estados Unidos, México y Canadá acordaron estudiar juntos qué hacer para mitigar el impacto que tendría en otros países una medida de ese tipo. Y en Jamaica se comprometió a, llegado el caso, buscar vías para apoyar a los países del Caribe, que dependen en gran medida del crudo venezolano que obtienen a precios bajos a través de Petrocaribe.
En agosto pasado, el presidente Trump aseguró además que no descartaba una opción militar para Venezuela, depertando un amplio rechazo en la región latinoamericana.
«Tenemos tropas en todo el mundo, en lugares que están muy muy lejos. Venezuela no está muy lejos y la gente está sufriendo y muriendo. Tenemos muchas opciones para Venezuela, incluyendo una posible opción militar si es necesaria», dijo.
Días después, el consejero de Seguridad Nacional, H.R. McMaster, confirmó que la opción estaba sobre la mesa. «No se anticipan acciones militares en un futuro cercano», dijo no obstante.
Desde entonces, la administración Trump no ha vuelto a pronunciarse al respecto y asegura que seguirá presionando a Maduro con todos «los instrumentos políticos, diplomáticos y económicos» que tiene a su alcance. Ha vuelto a decirlo después de que esta semana se fijaran para el 22 de abril las elecciones presidenciales en Venezuela, que considera ilegítimas y no transparentes y organizadas de forma que el mandatario pueda mantenerse en el poder.
Pero Washington insiste públicamente en que los cambios que exige a Maduro quiere que se hagan por la vía pacífica. «Lo que queremos en Venezuela es una transición pacífica», manifestó hoy el subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Francisco Palmieri, en un encuentro informativo con periodistas en el que fue preguntado por el posicionamiento de Rubio.
«El mejor camino para solucionar las múltiples crisis en Venezuela es que el pueblo venezolano sea capaz de ejercer sus derechos democráticos», añadió Palmieri.
La semana pasada, justo antes de iniciar su primera gira latinoamericana -que lo llevó a México, Argentina, Perú y Colombia-, Tillerson aseguró en la Universidad de Austin ante la pregunta de una estudiante que Estados Unidos no defiende un «cambio de régimen» ni una «deposición del presidente Maduro».
Sus palabras sobre el papel del Ejército en cambios ocurridos en el pasado latinoamericano despertaron no obstante recelos en algunos sectores. «La historia de Venezuela y la historia de otros países latinoamericanos muestra muchas veces que es el Ejército el que se encarga de ello (del cambio)», dijo. «No sé si será el caso o no (en Venezuela)», añadió Tillerson. El Gobierno de Maduro consideró que se trató de una incitación al levantamiento militar.
Por Sara Barderas (dpa)