(dpa) – Una base de datos con muestras de ADN de rinocerontes obtenidas por ejemplo de los cuernos que se venden en el mercado negro puede ayudar a combatir la caza furtiva, según afirma el equipo de investigadores liderado por la veterinaria Cindy Harper, de la Universidad de Pretoria.
En criminología es habitual el uso de muestras de ADN para resolver casos de asesinatos u otros delitos. Y funciona de la misma manera en el caso de los cazadores furtivos. Así, el estudio publicado en la revista «Current Biology» refleja nueve casos en los que las pruebas de ADN contribuyeron a que los furtivos tuvieran multas más elevadas.
En total, hasta ahora se han usado pruebas de ADN en unos 120 casos. En uno de ellos pudieron vincularse dos cuernos a sus respectivos rinocerontes muertos en Sudáfrica. El cazador furtivo que acabó con los animales, oriundo de Mozambique, fue condenado a 29 años de prisión.
En la base de datos, llamada Rhodis, hay actualmente registradas más de 20.000 muestras de ADN de rinocerontes. Más de la mitad fueron tomadas de ejemplares vivos o muertos, y el resto de los cuernos interceptados por las autoridades.
La cifra de rinocerontes víctimas de la caza furtiva en Sudáfrica se ha disparado desde 2007. Si entonces fueron ejecutados 13 animales, en 2015 marcaron un récord con 1.175 y un año después, fueron 1.054. La mayoría de los rinocerontes procedían del turístico Parque Nacional de Krüger. La cifra de cazadores furtivos detenidos en el país también aumentó de los 317 en 2015 a 680 en 2016.