La juez de guardia de Estella ha decretado esta tarde el ingreso en prisión provisional comunicada y sin fianza por un delito de asesinato en grado de tentativa del detenido por haber acuchillado el lunes a un octogenario en una residencia de ancianos en Cárcar.
En el auto, que puede ser recurrido, la magistrada relata que sobre las 22.00 horas, el investigado, J. E. S., cogió un cuchillo —con filo a un lado de 12,5 centímetros de hoja y 2,2 cm. en la parte más ancha— que había comprado unas semanas antes en la localidad de San Adrián y acudió la habitación de A. P. R., quien se encontraba tumbado en la cama viendo la televisión y con la luz apagada.
Una vez dentro de la habitación de A. P. R., que precisa usar una silla de ruedas para desplazarse, el encausado se dirigió hacia la víctima, se acercó a la cama por la parte izquierda y, tras una discusión entre ambos, comenzó a asestarle diversas puñaladas. Una de ellas le alcanzó en el cuello, produciéndole un gran corte, otra en el lado izquierdo de la cara, la tercera en la parte superior de la cabeza y una cuarta en la mano izquierda, también de gran tamaño.
Al aparecer una enfermera y otro residente en la habitación de la víctima, el investigado se marchó. De camino a su habitación, y al pasar por el cuarto de geriatría, según consta en el auto, el imputado dejó el cuchillo en el lavabo de esta estancia y continuó hasta su habitación, donde se cambió de ropa y esperó sentado en la cama hasta que llegó la policía.
Para la juez, los hechos están indiciariamente acreditados por la declaración del investigado, quien en su comparecencia judicial ha reconocido que acudió a la habitación de la víctima con un cuchillo para pedirle explicaciones por unas acusaciones que había estado vertiendo sobre él durante los últimos dos meses «con la intención de darle su merecido». Ese «merecido», según él, consistiría en «pincharle» si no reconocía los hechos.
El encausado también ha reconocido que “pinchó” en varias ocasiones al otro residente con intención de «matarlo» y que dejó de hacerlo cuando acudieron la enfermera y otro compañero, momento en el que salió de la habitación, dejó el cuchillo en una toalla en otra habitación y se fue a la suya, donde se cambió de ropa y dejó la que llevaba en la terraza ya que estaba manchada de sangre.
En cuanto a las lesiones, y sin perjuicio de la recepción de los informes médicos, la juez señala que en este momento procesal únicamente se tiene conocimiento de que el agredido ha sido intervenido quirúrgicamente por la gravedad de sus lesiones. No obstante, por su localización, las lesiones son compatibles tanto con la mecánica descrita como con la presunta intención de causar la muerte.
En la comparecencia, el Ministerio Fiscal ha solicitado el ingreso en prisión sin fianza del imputado, mientras que su abogado defensor ha abogado por el internamiento en una unidad psiquiátrica como alternativa al encarcelamiento.
La juez considera adecuada y proporcionada la medida de prisión teniendo en cuenta que se trata de un delito de asesinato penado con prisión de quince a veinticinco años. Esta alta penalidad, expone en el auto, lleva implícita el riesgo de fuga del investigado y el riesgo de que pueda perpetrar otros hechos delictivos contra la víctima, ya que viven en la misma residencia y, además, existe animadversión entre ambos.